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Asesoría Ubani es una empresa familiar referente en Navarra que sigue fiel a sus principios tras más de cinco décadas en activoÁngel María UbaniFundador y responsable de ‘Asesoría Ubani’

“Empecé de cero, con unas veinte empresas y en un año teníamos 75”

“Empecé de cero, con unas veinte empresas y en un año teníamos 75”Unai Beroiz

Hace medio siglo, Ángel María Ubani dejó su empleo en la construcción para seguir su vocación de ayudar a los trabajadores y fundar su propia asesoría en Pamplona. Aquel pequeño despacho se convirtió con el tiempo enAsesoría Ubani,un referente en el ámbito laboral y fiscal navarro. Hoy, con la segunda generación al frente, la firma mantiene intactos los valores que la vieron nacer: cercanía, confianza y compromiso con las personas.

¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo laboral?

Trabajé en dos empresas importantes y, a los 16 años, empecé con nóminas y temas laborales. Mi ilusión había sido ser abogado, pero por falta de medios económicos no pude hacerlo. Vi en este trabajo una salida profesional y me metí de lleno. Me interesaba mucho la legislación laboral, las leyes, y poco a poco fui adquiriendo experiencia. A los 17 años ya llevaba seguros sociales, incluso para algunas empresas desde casa.

¿Qué le motivó a dedicarse plenamente a la asesoría?

Me gustaba ayudar a los trabajadores. En aquella época aún había gente que no sabía leer ni escribir y les ayudaba a leer cartas o a contestarlas. Me hacía sentir útil. Casado y con cuatro hijos, pensé que tenía que buscar mayor estabilidad. Trabajaba en construcción, pero vi que esa parte del sector era más inestable, así que decidí estudiar para ser Graduado Social, lo que hoy conocemos como Relaciones Laborales.

¿Cómo dio el paso de dejar su empleo y montar su propia asesoría?

Trabajaba en una gran empresa de construcción, pero veía que el futuro no era seguro. Pedí permiso para estudiar y cuando terminé pensé que todo ese esfuerzo debía aprovecharlo yo mismo. Un día le dije a mi mujer: “No voy a trabajar más para otros”. Monté un pequeño despacho en la calle Joaquín Maya, en La Milagrosa. Empecé de cero, con unas veinte empresas. Al final del primer año ya teníamos 75. Era conocido en el mundo de la construcción y eso ayudó mucho.

¿Cómo se produjo la incorporación de Jesús Goizueta a la asesoría?

Jesús era compañero mío del colegio y acabó siendo como un hermano para mí. Nos reencontramos un día en la Plaza del Castillo. Yo acababa de abrir la asesoría. Él era director administrativo de una empresa. Le conté lo que hacía y me dijo: “Patxi, me voy contigo”. Así incorporamos la parte fiscal, porque él era profesor mercantil y dominaba ese área. Fue todo de palabra, sin papeles, solo con un apretón de manos. Nuestra colaboración duró toda la vida.

¿Cómo se produjo el relevo generacional dentro de la empresa?

Me jubilé antes, cuando vi que mi hijo mayor, Ángel Mari, estaba preparado. Posteriormente, también se incorporaron otros dos de mis hijos, Íñigo y Ana Goya. Hicimos una transición muy suave, los clientes casi ni se dieron cuenta. Todo fue natural y el despacho no sufrió. Hoy ellos están más preparados que yo; tengo dos hijos abogados en el departamento laboral y el tercero se decantó por la rama económica, y parece que la siguiente generación ya está en camino.

De izquierda a derecha: Ángel Mari, asesor laboral; Ana Goya, abogada; Ángel María Ubani, fundador de Asesoría Ubani e Íñigo Ubani, asesor fiscal.

Íñigo Ubani / Asesor fiscal y contable en ‘Asesoría Ubani’

“Queremos que quien entre, aunque no sea de la familia, se sienta como en casa”

Tras 50 años, la asesoría de Ángel María Ubani deja un legado en Pamplona. Íñigo Ubani, junto a sus hermanos, comparte la filosofía de la empresa familiar: “Todos los clientes son igual de importantes” y la base es la confianza. Su reto es perdurar otros 50 años más. 

¿Qué valores os transmitió vuestro padre en la empresa?

Principalmente, que todos los clientes son igual de importantes. No hay cliente pequeño. Detrás de cada cliente hay una historia. Mi padre decía: “Nosotros no estamos para crear problemas, sino para solucionarlos”. Y eso seguimos aplicando. Damos el mismo trato a quien nos deja 50 euros que a quien deja 2000.

¿Cómo está compuesto el equipo actual?

Somos 15 personas. El principal activo de la asesoría son los trabajadores. Muchos llevan aquí toda la vida: Iñaki, Richar, Marimar, Ana, Óscar… Algunos llevan casi 40 años. El área laboral consta de cinco personas más Ángel Mari y Ana Goya, hijos del fundador. En la parte fiscal conmigo somos cinco. También tenemos un abogado externo, Fermín Unanua, que colabora con nosotros. A nuestro personal de oficina, se suma la persona encargada del mantenimiento y limpieza de las instalaciones.

¿Cuál es la principal filosofía de trabajo de vuestro equipo?

Hay una relación de confianza total. Cada uno organiza su horario con flexibilidad. Si alguien necesita salir, no se le pregunta por qué. Lo importante es que el trabajo esté hecho. Esa confianza es la base del buen funcionamiento. Y cuando hay más trabajo, todos lo sacan adelante, sabiendo que luego podrán recuperar ese tiempo.

¿Cuántas empresas gestionáis actualmente?

En el área laboral, unas 300. En la fiscal, alrededor de 180. En total, rondamos las 500, contando también los esporádicos. 

¿Qué servicios ofrecéis actualmente?

En la parte laboral nos encargamos de todo el proceso, desde la contratación hasta la baja o jubilación. En la parte contable y fiscal llevamos la contabilidad, las declaraciones trimestrales y anuales, asesoramiento, etc. Además, contamos con una Gestoría Administrativa asociada que tramita escrituras, registros, herencias y otros documentos. Todo se hace desde aquí, con el mismo equipo.

¿Cuáles son los principales retos de futuro?

Seguir con la misma filosofía, pero adaptándonos a los nuevos tiempos. Ya hay una nueva generación preparándose: un sobrino está estudiando ADE y tiene mucho potencial. Dentro de unos años se incorporará. Queremos que quien entre, aunque no sea de la familia, se sienta como en casa.