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Científicas de la Universidad de Navarra investigan los efectos en la salud de la exposición a sustancias químicas

Dentro del proyecto europeo PARC, estudian los riesgos de micotoxinas y carcinógenos presentes en alimentos, cosméticos, pesticidas o medicamentos, entre otros

Científicas de la Universidad de Navarra investigan los efectos en la salud de la exposición a sustancias químicas

Las sustancias químicas, que forman parte de nuestra vida diaria (están en el aire, el agua, los alimentos o los productos de higiene), pueden tener efectos adversos en la salud o el medio ambiente. Para conocer mejor esos riesgos y avanzar hacia una gestión más preventiva, la Universidad de Navarra participa en el proyecto europeo PARC (Partnership for the Assessment of Risks from Chemicals), una iniciativa financiada por la Comisión Europea que reúne a más de 200 instituciones de investigación de toda Europa.

En el proyecto intervienen tres catedráticas de Toxicología de la Facultad de Farmacia y Nutrición: las doctoras Ariane Vettorazzi, Amaya Azqueta y Adela López de Cerain, junto a un equipo de investigadoras formado por la doctora Adriana Rodríguez y la doctoranda Myriam Benito.

“La exposición a sustancias químicas en Europa es un desafío generalizado y complejo. El efecto cóctel o exposición constante a bajo nivel de miles de sustancias (medicamentos, plaguicidas, cosméticos, aditivos o contaminantes alimentarios, entre otros) es una gran preocupación científica y no sabemos realmente el impacto total de esta mezcla en la salud a largo plazo”, afirma la Dra. Azqueta.

El equipo de la Universidad de Navarra centra su trabajo en dos tipos de compuestos especialmente relevantes. Por un lado, la Dra. Ariane Vettorazzi lidera el grupo que estudia las micotoxinas, unas sustancias tóxicas producidas por hongos que pueden contaminar alimentos y piensos. “Son contaminantes naturales con efectos tóxicos múltiples, como cáncer o alteraciones hormonales”, explica. Actualmente, unas diez micotoxinas están reguladas en Europa, pero el cambio climático y los avances en detección han revelado nuevas variedades, denominadas micotoxinas emergentes. “En el proyecto PARC analizamos dos grupos de ellas -las toxinas de alternaria y las eniatinas- para conocer sus riesgos reales y, si es necesario, proponer límites a su exposición”, añade la Dra. Vettorazzi. 

Por otro lado, la Dra. Amaya Azqueta, especialista en toxicología genética, coordina la participación del grupo en la investigación sobre carcinógenos no genotóxicos, compuestos capaces de provocar cáncer sin alterar directamente el ADN. “A diferencia de los carcinógenos clásicos, sus efectos son más difíciles de detectar”, señala.

Toxicología 2.0 para proteger la salud y el medio ambiente

El proyecto PARC pretende desarrollar una ‘Evaluación de Riesgos de Próxima Generación’. “Gracias a nuevas herramientas de detección, los científicos podemos medir concentraciones cada vez más pequeñas y comprender mejor cómo actúan estas sustancias en el organismo. Eso nos permite evaluar y gestionar mejor los riesgos reales”, destaca la Dra. Vettorazzi.

Las investigadoras impulsan las llamadas Metodologías de Nuevo Enfoque (NAMs). “Estas herramientas -explica la Dra. Azqueta- permiten predecir el peligro de los químicos utilizando modelos computacionales, inteligencia artificial y células humanas cultivadas, como los llamados órganos en un chip que hacen la evaluación de riesgos más rápida, ética y relevante para las personas”. En palabras de la investigadora, “es la ‘Toxicología 2.0’: una seguridad química más inteligente, eficiente y comprometida con el bienestar humano y ambiental”.

El grupo de Toxicología de la Universidad de Navarra, fundado por la Dra. Adela López de Cerain, es un referente nacional en evaluación de riesgos y seguridad alimentaria. Su participación en el partenariado europeo PARC, coordinado en España por el Instituto de Salud Carlos III y el CSIC, reafirma el compromiso de la Universidad con una investigación al servicio de la salud pública y la sostenibilidad ambiental. “Participar en este proyecto nos permite contribuir a una ciencia más preventiva y colaborativa a nivel europeo. Nuestro objetivo es avanzar en la protección de la salud pública con datos sólidos y útiles para las autoridades”, concluye la Dra. Vettorazzi.