Familias de alumnado sordo del CP Paderborn denuncian los recortes de Educación en las sesiones de logopedia

Lasfamilias del alumnado sordo del colegio público Paderborn Lezkairu,centro preferente para escolares con discapacidad auditiva hasta el curso pasado, han tenido una vuelta al cole muy complicada. El Departamento de Educación ha reducido, en algunos casos a la mitad, las sesiones de logopedia semanales que reciben estos menores, lo que les está ocasionando un impacto emocional, lingüístico y educativo. “No es un ajuste menor: la intervención logopédica es la base de la adquisición lingüística de un niño con implantes cocleares. Menos sesiones equivalen a menos audición funcional, menos lenguaje, menos comprensión, menos interacción social, mayor fatiga cognitiva y mayor limitación en su participación escolar”, resume Paz Francés Lecumberri, madre de Arima, una de las alumnas afectadas.

Jurista de formación, Francés ha presentado un escrito en el Departamento de Educación en el que solicita que se revise la eliminación de la condición de centro preferente para alumnado con discapacidad auditiva en el CP Paderborn y “se restituyan los apoyos retirados y se garantice un número de sesiones logopédicas suficiente y equivalente a las que recibían antes del cambio normativo”. 

Asimismo exige un plan de transición que garantice que cualquier otro modelo sea realmente beneficioso para el alumnado sordo, ya que el actual solo ha empeorado lo que ya existía” y solicita que se revise la distribución de sus recursos “para que el alumnado más vulnerable reciba los apoyos que requiere para su pleno desarrollo”.

En el documento, Francés defiende que la supresión del modelo preferente y la reducción de los apoyos “vulneran” el interés superior del menor. Un principio, remarca, que aparece consagrado en varias normas de máximo rango como la Constitución, varias convenciones internacionales, legislación educativa española y legislación navarra.

Defensa del profesorado

Si bien el escrito lo firma solo esta madre recoge el sentir de, al menos, otras tres familias que están sufriendo la misma situación. Sus hijos Thiago, de clase de Arima y que cumple 4 años en diciembre, Ronald, de 7 años y Lia, de 10, han visto como, de la noche a la mañana, tienen menos sesiones de logopedia. Los cuatro tienen sordera profunda y llevan implantes cocleares. Arima y Ronald han pasado de las 14 sesiones a la semana que tenían el curso pasado a las 5 del actual y Thiago ha perdido tres sesiones: de 11 a 8. En el caso de Lía, los apoyos se han ido reduciendo hasta las cuatro del presente curso.

Todas estas familias eligieron el colegio Paderborn por su condición de centro preferente para alumnado con discapacidad auditiva. Ninguna vive en Lezkairu y en el caso de las familias de Arima y Thiago se vieron obligadas a cambiar de colegio a sus hijas mayores para favorecer la conciliación familiar. “Arima y Thiago empezaron en 1º de Infantil el pasado curso y, aunque ya no era preferente, el colegio pudo mantener el nivel de apoyo gracias a la dotación presupuestaria”, explica Francés y añade “salían de clase a 14 y 11 sesiones de logopedia y estaban muy protegidos. Además, el sistema estaba muy bien diseñado porque los apoyos se recibían cuando el resto de alumnos estaban dando alemán, del que está exento el alumnado sordo, no así del inglés”. Ronald también recibía 14 sesiones, un tiempo “imprescindible” para un niño con sordera profunda.

Todo cambió al inicio de este curso cuando se dieron cuenta de que la intervención logopédica se había reducido de forma drástica en algunos casos. “Sabemos, porque nos han dicho en la Asociación Eunate, que pese a los recortes este colegio tiene más apoyos que otros. Pero nuestros hijos e hijas están notando esta reducción de las sesiones de logopedia, sobre todo, tiene un impacto en su desarrollo emocional”, asegura Francés, que reconoce que “Arima está teniendo muchas dificultades para venir al colegio. Le pesan el ruido, los distintos idiomas y la inseguridad que eso lleva implícita. La entrega y el cariño de las profesionales es indudable y manifiesto, pero faltan medios”.

Jaqueline Estrada, madre de Ronald también ha notado un cambio de actitud en su hijo. “De repente este año no quiere venir al cole, se levanta llorando... Le han reducido las sesiones de logopedia de 14 a 5 cuando más lo necesita porque le implantaron este verano. Ha estado seis años sin oír y ahora que está en plena rehabilitación le reducen los apoyos”, se lamenta.

El impacto en el desarrollo emocional está claro, pero estas familias advierten que pronto se observarán también efectos en su progresión lingüística. También trasladan otro temor y es que al dejar de ser colegio preferente, señala Lizeth García, madre de Thiago, “pueda entrar cualquier profesional que no sepa lenguaje de signos, comunicadores pictogramas... El profesorado hace formaciones para trabajar con ellos, pero ¿qué va a pasar a futuro si se les termina el contrato? No sabemos cómo va a afectar el hecho de no ser centro preferente al profesorado”. “El curso pasado Thiago estuvo de lujo y notamos muchos avances. Ahora él no ha perdido tantas sesiones como el resto (porque tiene otras dificultades), pero se nota”, afirma. 

En esta misma línea, Nancy Pasache reconoce que a su hija Lía “le cuesta socializar porque no se le entiende bien y ha sentido rechazo. Necesitan más apoyos, no menos”.

Recibir apoyos necesarios

Cuando estas familias consultaron los motivos por los cuales el colegio había perdido esa preferencia “nos dijeron que era para avanzar hacia un modelo inclusivo en el que todos los centros podrán atender a cualquier alumno”. Sin embargo, tal y como señala Francés, “la supresión de recursos al CP Paderborn no ha implicado un refuerzo en otros centros. La medida no ha supuesto una redistribución racional sino un simple recorte encubierto bajo una retórica modernizadora”.

En su opinión, la inclusión “no consiste en colocar a todo el alumnado en el mismo espacio físico sino en asegurar que cada niño y niña recibe los apoyos adecuados para aprender y participar”. En otras palabras, interpretar la inclusión como sinónimo de suprimir cualquier recurso especializado puede recibir críticas ya que “confunde la necesaria superación de modelos segregadores con la eliminación de apoyos que, bien diseñados, resultan imprescindibles para garantizar la igualdad”.

Por último, estas madres hacen una última petición. “Queremos reunirnos con la consejería de Educación para buscar una solución que permita que Paderborn-Lezkairu, por su tradición, siga siendo centro preferente y referente en buenas prácticas en discapacidad auditiva. Queremos también establecer un plan de transición que garantice que cualquier otro modelo sea realmente beneficioso para el alumnado sordo. El actual solo ha empeorado lo que ya existía”.

“Apostamos por la inclusión educativa, pero tienen que darse las condiciones para lograrla y no se dan”

La presidenta del Cermin (Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Navarra) y fundadora de la Asociación Eunate de Familias de Personas con Discapacidad Auditiva de Navarra, Mariluz Sanz, comparte las reivindicaciones de las familias del CP Paderborn-Lezkairu. “Tiene profesorado con amplia experiencia en atención al alumnado con discapacidad auditiva y es donde hay más recursos hay para atenderles, pero la realidad es que se han recortado sesiones de logopedia y se han reducido las horas de intervención directa. Educación dirá que se hace en el aula, pero cualquiera que haya atendido a alumnado sordo sabe que eso no sirve, se necesita atención fuera del aula”, afirma Sanz, que denuncia que “no se les está dando lo que necesitan”.

La decisión de suprimir la condición de centro preferente para alumnado con discapacidad auditiva al CP Paderborn Lezkairu se debe a la aplicación de la nueva legislación sobre inclusión educativa. Una norma que se sustenta en la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de 2008 y cuya teoría defiende la presidenta del Cermin. “La idea es buena: dar a cada alumno lo que necesita con independencia del colegio en el que esté inscrito. Claro que todas las familias quieren que sus hijos e hijas estén lo más integrados posible y puedan estudiar en el barrio donde viven, pero tienen que darse las condiciones para lograr esa inclusión real. Si esto no ocurre será peor de lo que había antes. Hay muchas familias, y no solo en este colegio, que no están de acuerdo con los recursos que se le han asignado”, explica Sanz.

A su juicio para lograr una verdadera educación inclusiva se necesita planificación, financiación, recursos y formación. “Si se va a atender toda la diversidad en la red todo el profesorado tiene que estar formado y hay que trabajar con la Universidad que es la que forma los futuros maestros y maestras. Exige una transformación real de la atención a la diversidad”, reflexiona Sanz, que añade que “Educación dice siempre que los recursos son finitos y que se trata de distribuirlos mejor. Pero cada alumno debe recibir lo que necesita”.

La presidenta del Cermin reconoce que, en ocasiones, existen dificultadas a la hora de interpretar la atención a la diversidad en el aula. “Con las nuevas metodologías y la existencia de cotutores se realiza intervención dentro del aula. Sin embargo, hay actuaciones, como la logopedia, que se tienen que hacer fuera. Que estén unos ratos en el aula con sus compañeros y otros fuera no es segregador. Es dar a cada uno lo que necesita”.

Por último, la presidenta del Cermin resalta el trabajo que realizan las entidades es fundamental. “Nosotras vemos todo el trabajo y está claro que cuantos más apoyos y sesiones tienen mejores son los resultados académicos y de desarrollo. Su evolución depende del trabajo que realizan en el colegio y también en las asociaciones”, reconoce Sanz.

Y es que la gran mayoría del alumnado con discapacidad acude a las entidades para reforzar el trabajo que realizan en las escuelas. “Las asociaciones recibimos subvenciones y eso nos permite que el coste de esas sesiones sea más asumible. Se trata de que el dinero no sea un impedimento para las familias”, afirma.