Con la llegada de la Navidad, el consumo de turrón se convierte en una tradición casi inevitable, por lo que la clave no está tanto en eliminarlo como en saber elegir y consumirlo con equilibrio. Según explica Javier Fernández Ligero (@nutriligero), el turrón más saludable sería siempre el elaborado en casa, ya que permite controlar la calidad y la cantidad de los ingredientes. Sin embargo, cuando se opta por productos comerciales, es importante fijarse en el etiquetado y elegir aquellos que cuenten con una lista de ingredientes lo más corta posible y reconocible.
El turrón, por definición, va a contener azúcar o algún tipo de edulcorante, pero se puede minimizar su impacto apostando por opciones con un alto porcentaje de cacao, ya que cuanto más puro es el chocolate, menor es la carga de azúcares añadidos y mayor el aporte de compuestos antioxidantes. De esta forma, se reduce el pico glucémico y la respuesta inflamatoria asociada a este tipo de dulces.
Ingestas durante las Navidades
El nutricionista recuerda que la alimentación debe entenderse como un estilo de vida y no como una suma de excesos puntuales. Lo que realmente marca la diferencia en la salud metabólica es lo que se hace a diario, no lo que se consume de manera excepcional en fechas señaladas. Permitirse varias ingestas libres durante las Navidades, disfrutando del turrón en familia y sin culpa, es compatible con una buena salud siempre que el resto del año se mantengan hábitos equilibrados.
Desde esta perspectiva, Fernández Ligero insiste en que disfrutar de estos productos tradicionales con moderación ayuda a mantener una relación más sana y sostenible con la comida, evitando la sensación de restricción constante y permitiendo que el metabolismo no se resienta durante las fiestas.