La víctima despierta semidesnuda aturdida, con lesiones o alteraciones inexplicables. La impunidad con la que puede llegar a actuar el depredador sexual llega a su máxima expresión en la siguiente escena, en la que se ve al presunto agresor tan tranquilo, durmiendo junto a ella. Ocurre con más frecuencia de la que se presupone: en el 20% de las agresiones sexuales interviene el consumo de alguna sustancia química, advierten expertos en toxicología y medicina legal.

Los casos de violaciones y agresiones sexuales en los que se emplean drogas y fármacos para anular la voluntad de las víctimas son "cada vez más frecuentes", y coinciden en el tiempo con un cambio normativo que además no deja resquicio para interpretaciones: solo un sí significa un sí. Ese lema, nacido en el Estado tras la violación múltiple de la Manada, se convirtió en mayo en ley, la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, cuyo visto definitivo del Senado está previsto para el próximo lunes 18 de julio.

A partir de ahora cambia el paradigma de la violencia sexual: en el centro ya no estará cómo respondan o cuánto se resistan las mujeres a una agresión, sino su voluntad. El consentimiento, libre y expresado claramente, se convierte en el eje del tratamiento de la violencia sexual. “El cambio es sustancial, puesto que no solo se considera agresión sexual cuando se induce a alguien a hacer algo de lo que no es consciente, o se emplea la violencia, sino que también se tiene en cuenta las situaciones de vulnerabilidad, como puede ser una borrachera”, señala a este periódico el abogado Kenari Orbe.

Pinchazos en Sanfermines

Ataques que vuelven a suscitar preocupación esta semana tras la investigación abierta en los Sanfermines de Pamplona, donde cuatro personas acudieron en la noche del sábado y la madrugada del domingo a los servicios de emergencias refiriendo haber sentido pinchazos por personas desconocidas, tras lo cual se habían sentido mareadas, incluso con sensación de pérdida de conocimiento. En todos los casos, se activó el protocolo de sumisión química.

Los distintos análisis médicos efectuados a las denunciantes -tres mujeres y un hombre- no han constatado la existencia de posibles sustancias inoculadas, según ha informado este lunes el Gobierno foral, que señala que cada uno de los casos está bajo investigación policial.

Pese a ello, las distintas policías han avanzado que van a reforzar la vigilancia ante posibles casos. Y se ha activado, han informado desde el Ejecutivo, el protocolo para que en cualquier situación denunciada se proceda al traslado hospitalario para que se realicen los análisis pertinentes. De no actuar con diligencia, no resulta sencillo detectar este tipo de sustancias.

Se suele utilizar, de hecho, la analogía del crimen perfecto a la hora de describir estos ataques sexuales mediante sumisión química en los que las víctimas no son conscientes de haber tomado ninguna droga, apenas recuerdan nada de lo ocurrido y no pueden, por tanto, identificar al autor del hecho delictivo.

"Drogas de la violación"

Las grandes concentraciones en recintos festivos son un campo abonado para la comisión de este tipo de delitos, y los Sanfermines de Pamplona son el mayor exponente. Fuentes policiales consultadas consideran que la coincidencia de casos sospechosos de sumisión química en una misma jornada obliga a extremar las precauciones. En este sentido, recomiendan acudir a centros sanitarios en el caso de percibir un pinchazo y síntomas de mareo o desorientación.

“Cuando se denuncian este tipo de agresiones, se suele confundir con una borrachera y con el consumo lúdico de sustancias”, algo que no siempre es así, recalca Orbe. La burundanga es la sustancia más famosa, aunque también de las más infrecuentes. Pertenece al grupo de las denominadas “drogas de la violación” junto con la quetamina, un anestésico empleado en veterinaria que se utiliza también como droga recreativa.

“La burundanga es muy difícil detectarla porque su rastro desaparece muy rápido del organismo. De ahí que sea tan importante interponer la denuncia de manera inmediata y, en la medida de lo posible, no lavarse ni orinar"

Kenari Orbe - Abogado

“En el caso de la burundanga es muy difícil detectarla porque su rastro desaparece muy rápido del organismo. De ahí que sea tan importante interponer la denuncia de manera inmediata y, en la medida de lo posible, no lavarse ni orinar”, recomienda el letrado, consciente de la dificultad que entraña cumplir con esta serie de requisitos tras una experiencia tan dramática.

A pesar de que habitualmente sea tan complicado demostrar los hechos -lo que puede llevar a la revictimización de la mujer agredida- la estadística refiere que uno de cada cuatro casos respondería a esta otra tipología delictiva.

El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) señala que el hecho de que una persona dé negativo en los análisis toxicológicos no descarta la agresión sexual. La demora que se produce hasta que la víctima acude al hospital “es fundamental”, y una de las causas de que muchos resultados toxicológicos salgan negativos.

La amnesia, unida a la desorientación, hace que la víctima tarde en denunciar los hechos, por lo que pasan varias horas e incluso días hasta que se interpone la denuncia. No obstante, estudios del instituto señalan que un 63% de los casos en los que no se encuentran drogas, sí se demuestra la presencia de semen. “Esto indica que muchas veces que no se encuentra sustancia, probablemente la hay”, señalan.