La mujer quería quitarse años en su DNI, así que modificó a boli su certificado de empadronamiento, una burda manipulación fue detectada por el funcionario de la oficina de Pamplona que la atendió y el asunto no fue más allá. En otros casos, sin embargo, las falsificaciones y/o usurpaciones de identidad que se producen a la hora de obtener o renovar el DNI y el pasaporte pueden ser constitutivos de delito y acabar con el arresto de la persona implicada e, incluso, con una condena.

Entre las falsedades documentales más frecuentes que no cuelan por el filtro que representan los funcionarios, figuran “las pequeñas manipulaciones en el contenido de los documentos por contener algún pequeño error. También se puede encontrar algún caso de manipulación de la fecha de expedición del documento (frecuentemente en el certificado de empadronamiento), porque está caducado o se ha manipulado para no tener que pedir otro, en el Ayuntamiento”, explican los responsables de la Oficina del DNI de Pamplona.

Partidas de nacimiento

Los casos “más graves” que se pueden registrar son “los de manipulación de datos en la partida de nacimiento, ya que son los datos más importantes que contiene el DNI. Este tipo de manipulaciones si bien no son habituales, hay que estar muy atento a los documentos que nos presentan”, recalcan. El caso más llamativo fue el cambio de apellido de una persona, con sólo un pequeño retoque apenas perceptible con bolígrafo en la partida de nacimiento. “Se detectó durante la tramitación del DNI y se procedió por parte de la Brigada Provincial de Policía Judicial a la confección del pertinente atestado”.

Un soporte de DNI antes de su elaboración. Iban Aguinaga

En otra ocasión “nos enviaron desde un Consulado las partidas de nacimiento de varias personas extranjeras que habían adquirido nacionalidad española, entre las cuales había una residente en Pamplona. Se había presentado una partida de nacimiento correcta de otra extranjera nacionalizada cambiando el nombre y apellidos. La falsificación se detectó en el Consulado español de aquel país y desde aquí se comprobó con el Registro Civil que efectivamente la inscripción era falsa. El presunto titular nunca apareció por las Oficinas del DNI”.

Casi anécdotas

Entre las manipulaciones más evidentes, y que se recuerdan casi a modo de anécdota, se encuentra “el cambio de la fecha de expedición de un certificado de empadronamiento. Era tan evidente que ni siquiera se denunció. Obviamente, se le retiró ese empadronamiento”. Asimismo, “se nos presentó el caso de una señora mayor que para renovar un DNI, había corregido con bolígrafo su año de nacimiento, quitándose varios años; aún nos insistió para que le pusiéramos esa fecha en el nuevo”.

Entre las diversas razones que mueven el ánimo de estas personas a manipular los documentos, “encontramos la de tratar de conseguir el documento nuevo que solicita (ejemplo de la fecha de expedición de un certificado de empadronamiento). En otros casos, corregir algún dato sin necesidad de acudir al organismo que expide ese documento, bien para ahorrarse el viaje o bien porque el dato que se pretende corregir es correcto y no se lo cambiaron cuando lo solicitó, como el caso de la partida de nacimiento manipulada que acabó en condena. Por último, en otras ocasiones la motivación puede deberse a la intención de obtener un documento válido con datos distintos de los reales, para la posible comisión de otros delitos como estafas, etc”.

Comprobaciones

Lo primero que hacen los funcionarios de la Policía Nacional y de los Cuerpos Generales “es comprobar que la persona que te entrega el Documento Nacional de Identidad es la misma persona que aparece en la fotografía”, explican los responsables de la oficina del DNI de Pamplona. Inmediatamente después “se toma digitalmente las impresiones dactilares para su posterior cotejo con las ya existentes en las bases de Datos (homologadas por la Ley a su efecto). Si se diese el caso de que no consten dichas impresiones dactilares en las bases de datos, se procede al cotejo de la firma y la fotografía”. En caso de duda, se consulta con la Brigada Provincial de Policía Científica, tanto en lo relativo a las huellas, como a las fotografías, firma, etc.

En cuanto a la documentación, al ciudadano “se le requiere siempre la documentación original, o cuya autenticidad se pueda comprobar mediante el CSV (código seguro de identificación). Si se tiene alguna duda respecto al documento, se contacta directamente con los organismos que han expedido el documento para consultar sobre su autenticidad”. “En el caso de encontrarnos con algún documento que ha sido manipulado, no se admite, y si el mismo pudiese constituir un delito de falsedad documental, se retiene y se da aviso a los funcionarios policiales”, señalan.

Suplantaciones de identidad

En lo que respecta a las usurpaciones de identidad, “en una ocasión un varón se hizo pasar por su hermano al renovar el DNI. Esta persona tenía antecedentes que le impedían acceder a un trabajo, por lo que aprovechó para hacerse pasar por su hermano, que vivía en el extranjero, y renovar su DNI por pérdida. En ese momento no había posibilidad de cotejo informatizado de la huella, eran físicamente muy parecidos y firmó imitando la firma de su hermano. Se detectó años después, cuando el hermano volvió del extranjero para renovar su DNI, cuando los dos acudieron juntos a la oficina”.

Captura de una impresión dactilar. Iban Aguinaga

Asimismo, recientemente se han podido detectar suplantaciones a la hora de autorizar a un menor de edad a obtener el pasaporte. “Las suplantaciones han sido del padre o de la madre del menor, por parte de otra persona distinta, sobre todo en caso de extranjeros nacionalizados. Se detectaron al sospechar de actitudes extrañas, no excesivo parecido en las fotografías, dudas al contestar...”.

Delatado por las huellas

El último caso, que acabó con la detención de la persona, fue un varón extranjero que se hizo pasar por padre del menor. “Al realizarse la comprobación de las impresiones dactilares nos indicaba que éstas no coincidían con las del documento que presentaba, a pesar del parecido de dicho sujeto con la fotografía del documento. Insistiéndole, manifestó que era el hermano del padre, pero debido a los datos que aportaba, a los funcionarios le seguía generando dudas. Posteriormente rectificó diciendo que en realidad era el primo, para finalmente acabar reconociendo ante los agentes de Policía que no era familiar del menor y que le habían pedido que se hiciera pasar por el padre, dado que el mismo se encontraba en el extranjero”.

Además, en alguna ocasión “se han detectado estas usurpaciones de personalidad muchísimos años después de que estas sucedieran, sobre todo al fallecer la persona y encontrarse los deudos con documentos del fallecido con datos que no eran correctos, y que a veces correspondían a hermanos, o familiares”.

Otro “caso sorprendente” fue el de un padre que acudió a tramitar el pasaporte de su hijo menor, acompañado de una tercera persona, pero sin la madre. “Al solicitar el funcionario la presencia de la madre, el acompañante instó al padre a que hiciese un garabato en el lugar en que tenía que firmar la madre, procediendo el padre a realizarlo, lo que conllevó la invalidez de dicho documento”.