La patrulla de la Policía Municipal de Pamplona transitaba a media tarde por la avenida Pío XII de la capital navarra sin mayores sobresaltos, observando si podía ocurrir algún problema en las inmediaciones. Un vehículo se decidió a adelantar al coche patrulla. Lo rebasó y, en ese momento, los agentes se percataron de que ese coche era conducido de manera un tanto irregular, casi en un desplazamiento en zigzag que le hacía ir de un lado al otro del carril. Así que el coche policial aceleró el paso y se puso en paralelo al conductor para indicarle que detuviera el turismo.

Le interceptaron metros más adelante, no sin algún problema en la maniobra, y le indicaron que se sometiera a las pruebas de alcoholemia. En efecto, lo que parecía una conducción irregular motivada por haber ingerido alcohol, las pruebas lo confirmaron. En la etilometría correspondiente arrojó una tasa de 0,76 mg de alcohol por litro de aire espirado, con lo que triplicaba la tasa legal (0,25) y superaba la tasa penal (0,64 si se incluyen márgenes de error). De esta forma, el conductor, un varón de 52 años, tendrá que acudir al juzgado por protagonizar un delito contra la seguridad vial.