Los dos últimos crimenes machistas que han sido condenados en los tribunales navarros se instruyeron en el mismo juzgado de Instrucción de Tudela, el especializado en Violencia sobre la Mujer, con una investigación que se prolongó en ambos casos durante más de dos años y han terminado con el mismo recorrido en la Audiencia Provincial de Navarra, después de una conformidad previa que ha evitado que se celebre un jurado popular, es decir, un juicio con nueve ciudadanos de jurado. Así ha ocurrido en el crimen de Sara Pina, y antes, en noviembre del año pasado, ocurrió con el acuerdo alcanzado para condenar a 21 años y 6 meses de prisión a un vecino de Murchante, Pedro María Ruiz Jiménez, que el 7 de julio de 2021 asesinó a su pareja y excuñada, María Pilar Berrio Jiménez, de 43 años, a la que propinó 17 cuchilladas.

Todos los trámites que conlleva un procedimiento de jurado popular, con un juicio que resulta durísimo para las familia de la víctima y donde terminan declarando decenas de testigos, familiares y peritos, y también las posibles consecuencias que pudiera tener una vista de este tipo, puesto que un juicio con jurado puede resultar a veces una moneda al aire, han influido en casos como estos en los que se ha optado por no dar publicidad a los mismos y las vistas se han celebrado a puerta cerrada.

En el caso de ayer, que se iba a juzgar antes de verano, se contó con la presencia en la sala del asesino condenado, este simplemente se limitó a conformarse con el acuerdo alcanzado entre las partes implicadas, que renuncian igualmente a formular cualquier recurso a la sentencia que se va a dictar, otra de las cuestiones que llevan a que el acuerdo sea beneficioso para todos. Atrás quedaron meses y meses de investigación en los que el acusado envió diferentes cartas pidiendo perdón por los hechos y fundamentando su alegato en el perjuicio que las drogas le habían causado. El resultado de varias periciales psicológicas, sobre la influencia de los tóxicos en la conducta, o sobre su propia caligrafía analizando esas misivas, fueron el motivo del retraso en una instrucción que por los hechos en sí no resultaba demasiado compleja.