“Sé que pasó porque me lo han contado, pero ese día había consumido cocaína y no me acuerdo de casi nada, tampoco de haber disparado”. Así comenzó su declaración en el juicio J.R.U., acusado por disparar en cinco ocasiones a A.M.M. en marzo de 2024 en Zizur Mayor. El hombre, de 51 años y origen español, relató los hechos en una declaración en la que solo respondió a las preguntas de la fiscal y de su abogada.

“Llamé a A.M.M. para que me trajera cuatro gramos de cocaína y la consumí. Después, estuve en casa y me escribió por WhatsApp porque quería que le comprara más droga. Me estaba extorsionando. Me hacía pedir de más y me amenazaba con contarle a mi familia lo que estaba haciendo. Había tenido que pedir préstamos al banco para pagarlo y estaba endeudado. Debo unos 30.000 euros al banco y todo empezó después de conocer a A.M.M”.

“Ese día, quedé con él y bajé a la calle. Por lo que me han dicho, llevaba la pistola, pero yo solo recuerdo el final, cuando él estaba en el suelo y le apunté, pero no disparé. No lo hice porque en ningún momento quise terminar con su vida, solo pretendía asustarle”.

"No era capaz de sentir emociones"

J.R.U. tenía licencia de cinco armas y había disparado con todas en el campo de tiro. Era muy aficionado a ello e incluso iba a participar próximamente en un Campeonato nacional de tiro. Como explicó el forense, esta afición por las armas suele encajar en personas con perfiles psicológicos como el suyo. El varón había vivido en un entorno violento, tenía falta de empatía y no era capaz de sentir emociones. 

Para el forense, en el momento de los hechos podía tener una afección moderada de sus capacidades cognitivas por su trastorno disocial, sus problemas de control de impulsos y el consumo de cocaína, pero no una anulación de las capacidades.

J.R.U. había acudido a Urgencias ocho días antes del suceso con un cuadro de ansiedad, depresión y una incapacidad de autorregulación emocional y estaba esperando una cita médica en Psiquiatría.