Como han hecho muchos programas de televisión en los últimos días, Sálvame se ha tuneado de Halloween en su programa de este lunes y ha convertido su plató en el escenario de la noche más terrorífica del año. Pero no sólo el decorado ha sorprendido a los espectadores, lo ha hecho mucho más el aspecto de su presentadora y de los colaboradores.

Porque todos ellos han ido caracterizados como personajes terroríficos. Adela González ha aparecido como Maléfica, la bruja de La Bella Durmiente. Y junto a ella estaban José Antonio Canales Rivera como Endora, la madre de Embrujada; Belén Esteban como la reina Narissa, de Encantada, Gema López en el papel de Calypso, de Piratas del Caribe y Miguel Frigenti como la bruja de El mago de Oz.

Pero los que más han llamado la atención han sido Lydia Lozano y Kiko Matamoros. La primera porque estaba irreconocible después de un gran trabajo de caracterización que la ha convertido en la bruja de Blancanieves; y el segundo porque ha interpretado el papel de una mujer, en este caso de la malvada Cruella de Vil, personaje de 101 dálmatas. Por supuesto, se han convertido rápidamente en carne de meme.

Una prueba más del esfuerzo que está haciendo La Fábrica de la Tele, la productora de Sálvame, para intentar salvar, nunca mejor dicho, un programa que hace ya tiempo que ha caído en audiencia y cuya duración va a recortar Telecinco este miércoles en favor de la telenovela Café con aroma de mujer para intentar competir desde las 19.00 horas con el programa de Antena 3 Y ahora Sonsoles.