Tour de Francia 2023: contrarreloj y montaña como traca final

La segunda jornada de descanso en plenos Alpes fue una bendición para un pelotón que ya acusa el cansancio de las dos primeras semanas. Los favoritos al maillot amarillo y los aspirantes al podio y aledaños aprovecharon el día para pasar más tiempo en la cama y salir a inspeccionar la contrarreloj de hoy, donde se van a aclarar las posiciones y las estrategias posteriores.

Será una recta final apasionante con todo por decidir. Vingegaard y Pogacar llegan a la zona volcánica casi empatados, solo 10 segundos los separan, pero también es cierto que en este Tour un puñado de segundos pueden ser decisivos. El danés metió tiempo al esloveno en la primera etapa pirenaica, y Pogacar devolvió los arañazos en la segunda y en el Puy de Dome.

Parecía una remontada cantada, pero Vingegaard sumó la bonificación de 8 segundos en el Joux Plane y aguantó los arreones de su rival en los Alpes. Igualdad máxima y planteamientos claros ante la última semana. El nórdico se muestra escéptico como método defensivo. Ante la crono se muestra optimista. “Me gustan las cronos cortas y también los cambios de ritmo”, asegura antes de la traca final.

Por su parte, Pogacar, celebra el hecho de ir “sólo” a 10 segundos del líder y advierte desde su hotel de descanso sobre la trascendencia de la crono y la subida del miércoles al Col de la Loze. “En la contrarreloj habrá diferencias y además la etapa del día siguiente, con uno de los ascensos más duros del mundo, también será decisiva. Y luego la vigésima”, señala en relación a la etapa de los Vosgos.

Carlos Rodríguez, a lo suyo

Con las dos primeras plazas pendientes de repartirse entre Vingegaard y Pogacar, el tercer escalón del podio descansó ayer con el nombre grabado de Carlos Rodríguez, el debutante de 22 años que puede volver a poner al ciclismo español en el cajón de París el próximo domingo. Carlos Rodríguez se encuentra a 5:21 del líder, pero esa no es su guerra.

El objetivo del corredor de Almuñecar, autor de la tercera victoria de etapa española en la segunda semana (antes ganaron Pello Bilbao y Ion Izagirre), también se mueve por márgenes estrechos. Aventaja en 19 segundos al británico Adam Yates (UAE) y en 1:17 minutos al australiano Jai Hindley, quien no ha tirado la toalla.

Una crono decisiva

La semana se abre hoy con una contrarreloj, semicronoescalada de 22,4 kilómetros, entre Passy y Combloux, que incluye un puerto de Segunda de 2,5 kilómetros al 9,4 % de desnivel. Para Josean Fernández Matxin, director del UAE Emirates de Pogacar, “el Tour se jugará a partir de la crono, cambiará mucho estar por delante o detrás, no es lo mismo atacar que defender. Todo dependerá del resultado de la crono”.

Vuelve la alta montaña el miércoles con cuatro puertos. Después de superarse el Col des Saisies (1ª), Cormet de Roselend (1ª) y la Cota de Longefoy (2ª), llegará el plato fuerte, el Col de la Loze (Categoría Especial, 28,4 kilómetros) y con bonificaciones en la cima, situada a seis kilómetros después de un peligroso descenso.

El jueves respiro con la vuelta al llano, una jornada de 184 kilómetros entre Moutiers y Bourg-En-Bresse donde volverán los esprinters después de su suplicio por las montañas. Para un día después, cita con un perfil ondulado propicio para las fugas. Antesala de la traca final.

Último día de competición pura el sábado en los Vosgos entre Belfort y Le Markstein, etapa corta, de 133,5 kilómetros, pero explosiva. Nada menos que seis puertos, en un sube y baja sin respiro. El último escollo, el Col de Platzerwasel (de 1ª, 7,1 kilómetros al 8,4 %), con la cúspide a ocho de meta. En Le Markstein saldrá la foto del podio que se repetirá en París el domingo después de la clásica etapa de homenaje al campeón. Será el punto final.