Los últimos activistas que quedaban atrincherados en el pueblo alemán de Lützerath, desalojado para su explotación minera, han abandonado este lunes el túnel subterráneo en el que se habían refugiado, por lo que la Policía ha dado definitivamente por concluidos unos trabajos que comenzaron hace cinco días.

El pueblo de Lützerath, en el oeste de Alemania y abandonado desde hace tiempo por sus habitantes, servirá como base de una mina de lignito a cielo abierto. Dos personas seguían hasta este lunes en la zona, intentando retrasar lo más posible las obras de demolición.

La empresa explotadora, RWE, confía en que la demolición del pueblo concluirá en breve --entre ocho y diez días más--, de tal manera que a partir de marzo o abril se podrá empezar a extraer carbón de su subsuelo, según declaraciones al diario 'Rheinische Post'.

Durante los trabajos de demolición, una pequeña cabaña erigida en el campamento de protesta y que iba a ser expuesta en el Museo Alemán de Arquitectura ha sido destruida.

Además, RWE se enfrenta ahora a otro grupo de activistas que han ocupado una máquina excavadora en la mina de lignito de Hambach, también en la región de Renania del Norte-Westfalia. Un total de cuatro personas se encontraban en la excavadora de gran tamaño desde primera hora de este lunes.