El spinning o ciclo indoor es una buena opción para hacer actividad física, cuidar nuestra salud y estar en forma. Este ejercicio aeróbico, que tan bien sienta para deshacernos del estrés, se practica sobre una bicicleta adaptada, suele hacerse en una sala y en grupo junto a otras personas, al ritmo de la música y bajo la atenta mirada de un monitor.

Aumentar la resistencia cardiovascular, fortalecer la musculatura de las piernas, desde las pantorrillas hasta los glúteos, así como de la cadera y la parrilla abdominal, son algunos de los beneficios de este deporte.

La presencia del monitor durante la práctica deportiva es esencial, ya que será quien nos oriente sobre la forma en la que debemos ejecutar los ejercicios. Hacerlos de la manera correcta hará que nos resulten más beneficiosos y también evitaremos sufrir cualquier tipo de lesión. El primer paso para no hacernos daño es realizar un buen calentamiento y hacer estiramientos, tanto antes como después del ejercicio.

Para practicar spinning es importante llevar ropa adecuada, que permita la transpiración y evite rozaduras. Se recomiendan mallas de ciclista, ya que llevan una pequeña almohadilla en las nalgas, y zapatillas de ciclismo, para pedalear de forma correcta y evitar lesiones en cadera y rodillas. Estas zapatillas tendrán una suela rígida y repartirán el peso del cuerpo por toda la superficie, y no solo sobre el punto de apoyo. Si buscamos mayor fijación del pie en el pedal, podemos optar por las calas, piezas metálicas que enganchan la zapatilla al pedal.

Al ser el spinning una actividad física intensa podemos sufrir algún tipo de molestia o lesión. Si este es tu caso, probablemente no estés haciendo el ejercicio como debes. Seguro que no te pasa solo a ti y es algo más común de lo que crees. La solución es sencilla: coméntalo con tu monitor y te explicará qué estás haciendo mal.

Tener ajustado el asiento de la bicicleta y cuidar la posición sobre ella, colocar un sillín cómodo y bien nivelado, bajar el sillín o lenvantar el manillar, y levantarse del asiento y cambiar de postura de vez en cuando, son aspectos que debes tener en cuenta para que realizar este tipo de ejercicio te resulte más llevadero y más seguro.

Las lesiones más frecuentes en el spinning

Las lesiones más probables al practicar este ejercicio son:

- Esguince de tobillo. Distensión, desgarro o rotura de los ligamentos que mantienen el tobillo estable a causa de una torcedura o un golpe. Es importante descartar una rotura del maléolo tibial, el peroné, el quinto metatarsiano o los escafoides del pie.

- Tendinitis de Aquiles. Inflamación del tendón de Aquiles por una sobrecarga causada por una práctica intensa. Conecta los músculos de la pantorrilla con el calcáneo, lo que nos permite levantar el talón del suelo manteniendo los dedos de los pies apoyados cuando caminamos.

- Tendinitis rotuliana. El tendón rotuliano, que une la rótula y la tibia, se resiente a causa de una sobrecarga por ejercicios repetitivos.

Molestias que puedes sufrir sobre la bicicleta

Además de las lesiones, puedes sufrir otro tipo de molestias:

- Cuello. Si tienes el manillar demasiado bajo o no has ajustado bien la bicicleta a tu cuerpo adoptarás malas posturas que te provocarán dolor cervical. Lo mejor es prevenirlo, pero, si aparece, la molestia desaparecerá con unos estiramientos.

- Espalda. Si tienes molestia en las dorsales, puede ser que el sillín esté demasiado lejos del manillar y te obligue a forzar la postura. Si la molestia es en las lumbares, quiere decir que la lumbar tira más hacia atrás que tu abdominal hacia adelante. En el primer caso, tienes que revisar la postura sobre la bici, y en el segundo, debes mantener la espalda recta durante la clase.

- Cuádriceps. Estos músculos están muy activos durante el spinning y suelen desarrollar fatiga, calambrazos, tirones o agarrotamientos por el esfuerzo. Para evitarlo es importante estar hidratado. De todas formas, este tipo de molestias se pasarán con el tiempo y con el entrenamiento.

- Manos. Si aprietas demaisado el manillar, puedes tener sensación de hormigueo o entumecimiento por falta de riego sanguíneo. Si tienes el sillín muy adelantado o el manillar muy cerca del cuerpo apoyarás gran parte de tu peso en las manos. La distancia ideal entre ambos es la de tu antebrazo, incluida la mano, y sillín y manillar deben estar prácticamente a la misma altura.

- Pies. Es uno de los puntos de apoyo en la bici y todo tu peso recae en la zona del metatarso. El peso y la presión pueden hacer que tus pies se adormezcan por falta de irrigación. Como ya hemos dicho es importante el calzado, zapatillas de ciclista, y se recomienda llevar un número más del habitual para que los pies no se entumezcan.

- Rodillas. El sobreesfuerzo puede causarte molestias. Si te duelen las rodillas puede deberse a que no llevas el sillín a la altura adecuada o a una mala colocación de las calas.

- Trasero. Es un punto de apoyo necesario y el sillín tampoco es que sea demasiado cómodo. Si lo llevas demasiado alto, te molestará. Puedes ponerte mallas de ciclista o puedes colocarle al sillín una funda de gel. También hay que saber que, para una mayor comodidad, existen distintas tallas de sillín: de 130, 143 y 155 milímetros por su ancho en la zona de mayor contacto.