Hay dos asuntos que deberíamos tener en cuenta antes de regalar un smartphone r. La primera es la edad del niño. La recomendada varía entre los 14 y los 16 años, en función su madurez, aunque esa a la que los niños comienzan a tener smartphones está bajando muy rápido, tanto que hoy en día los de 5º o 6º de Primaria (10-12 años) que no lo tienen comienzan a ser los raros de la clase, cuando debería ser todo lo contrario.

Siempre recomendamos que las familias de niños de Primaria se pongan de acuerdo para que en cada clase de cada centro educativo los alumnos tengan el smartphone más o menos a la vez, y como muy pronto al pasar a Secundaria. Por alguna razón que desconozco ya se ha asumido que los niños tienen que tenerlo y se considera un buen regalo, cuando es una herramienta muy peligrosa. Si es para estar localizados pueden tener un teléfono de teclas que cuesta 20 euros con el que llamar, recibir llamadas, y mandar y recibir mensajes.

La segunda cosa que deberíamos tener en cuenta es que independientemente de la edad a la que le entreguemos el aparato, debe ir acompañado de una formación en su uso consciente, con explicación de los riesgos que conllevan tanto los smartphones como las redes sociales, pautas de prevención de esos riesgos, supervisión constante (que no permiso) de su uso y con la instalación de controles parentales. Regalar un smartphone .

Según un estudio que Save The Children realizó en 2019 en España, el 75% de los menores sufre algún tipo de violencia online. El 3,4% de los niños encuestados admitió haber sufrido la difusión contra su voluntad de sus imágenes íntimas, siendo 14 años la edad media del inicio de esta forma de violencia digital. El 40% de los preguntados dijo haber sufrido acoso digital, y Save The Children estima que 529.500 menores sufren este tipo de violencia. La edad a la que se comienza a ser perpetradores o víctimas de acoso digital ha bajado a 10 años. Además, más del 20% de los menores encuestados dijo haber sufrido grooming, el acercamiento sexual de adultos a través de internet con la intención de involucrar a un niño en actividades sexuales generando un clima de confianza. Uno de cada dos menores afirmó recibir material violento o sexual de forma involuntaria. La edad de consumo de pornografía está bajando tanto que el primer contacto se comienza a situar en los 8 años.

Este estudio se realizó en 2019, antes de que en 2020 aumentase de forma exponencial el uso que los niños hacían de las redes sociales motivado por el confinamiento de la pandemia. Se estima que en 2020 los ciberdelitos crecieron un 45%.

La gran mayoría de estas acciones ocurren a través de las redes sociales, los juegos online y los smartphones, porque muchas familias, al ignorar la realidad de los riesgos, son muy permisivas.

Los profesionales que trabajamos con niños y adolescentes vemos cada día los riesgos y consecuencias que conllevan estos dispositivos, sobre todo en los más pequeños. No nos hemos caído de un guindo ni se nos ocurre realizar estas recomendaciones porque seamos alarmistas. Vemos continuamente el dolor y sufrimiento que se genera al permitir utilizar smartphones y redes sin tener las edades recomendadas y sin una formación para su uso seguro.

Pedimos que el uso del smartphone, por lo menos hasta los 14-15 años, se haga en compañía de la familia. Es buena idea establecer un horario de uso, por ejemplo 15 minutos al día y no todos los días, y que sea una actividad que se haga en común. Si quieren tener redes sociales, se recomienda que haya una cuenta familiar a la que toda la familia pueda acceder.

Los menores de 13-14 años no pueden crear una cuenta propia, porque así lo establecen tanto los términos de uso de las propias redes y la Ley Orgánica de Protección de Datos. De esta forma, podemos ir guiándoles en su uso adecuado, ayudarles a entender e interpretar correctamente lo que van viendo y viviendo, a detectar desinformación, acercamientos incorrectos, delitos y estafas, a identificar cuándo un reto o una tendencia pueden ser inadecuados o cuándo se pueden usar publicaciones en su contra… Se recomienda también usar apps. De esta forma, podremos ayudarles a cumplir con el tiempo de uso, podremos establecer las que se pueden utilizar en ese dispositivo, el horario de uso, hacer un seguimiento de todo lo que ven en internet y limitarlo… Hay muchas apps de este tipo, y por poner unos ejemplos tenemos Family Link, Qustodio, Eset Parental Control… El smartphone en la infancia se está normalizando tanto que vamos perdiendo la perspectiva de lo peligroso que es tenerlo y usar redes sociales, con o sin supervisión.