Inocencio Arias es todo un personaje en el mundo de la diplomacia. Ha conocido a reyes, primeros ministros, presidentes de gobierno, autoridades internacionales de todo tipo? Ha viajado por el planeta durante 44 años y dice que ha cerrado la boca cuando tenía que defender posturas que no compartía, pero que por el cargo estaba obligado a ello. Miembro de una familia de notarios de Almería, no tenía muy claro lo de dedicarse a una profesión que entre sus exigencias incluía hablar idiomas. A los 23 años se puso manos a la obra y ahora se expresa perfectamente en inglés, portugués, francés y castellano. Habla sin tapujos y dice que en su baúl de temas pendientes le queda el sueño de haber dirigido un periódico o una revista.

¡Cómo está el mundo, que diría aquel!

No está bien, pero no nos ceguemos con que ahora está muy mal.

Se le ve positivo, cuando a muchos nos parece que hay demasiados nubarrones amenazantes sobre la humanidad.

No nos olvidemos de que ha habido épocas recientes en donde todo ha estado tan mal como ahora o peor. El mundo está inquieto, convulso y agitado, pero no tanto. En otra época hubo un enfrentamiento entre Estados Unidos y Rusia que pudo haber desencadenado cualquier cosa.

Está claro que habla de la Guerra Fría, pero, ¿no cree que los mismos actores o una combinación con otros pueden desencadenar otra situación similar o peor?

Puede ocurrir con China o con la propia Rusia, pero no lo veo probable a corto plazo. A la larga, China y Estados Unidos tendrán problemas y habrá choques. Hay escaramuzas comerciales y tarde o temprano las habrá políticas.

Y usted no ve un peligro grave.

No estoy diciendo que no lo pueda haber, digo que nos olvidamos de la Guerra Fría, de la guerra del Congo, de la catástrofe de Ruanda?

Más que catástrofe de Ruanda, hablemos de genocidio.

Exacto. Y hablamos de millones de muertos. Está también la guerra de Irak. El mundo está convulso y agitado, hay conflictos latentes, y, sí, China y Estados Unidos van a tener más de un problema. Pero bueno...

¿Cree que es más sencillo ser embajador ahora que cuando lo fue usted?

Depende del país al que te manden. Hay algunos muy importantes para España con los que hay unas relaciones muy fluidas. El mundo es, y siempre lo ha sido, un planeta convulso.

Ahora que lo puede decir todo. ¿Qué país ha sido el más incómodo para Inocencio Arias?

He estado contento con todos los puestos a los que me han mandado. He estado en Argelia, Bolivia, Portugal, en Estados Unidos? Sí que pasé por momentos delicados, por ejemplo en la Revolución Portuguesa. Siendo Portugal un país amable, civilizado, en el que hay una admiración por España, tuvimos problemas. La revolución fue una época de enorme agitación y en un momento determinado asaltaron la embajada y la quemaron.

Cuando la guerra de Irak estaba en la ONU como embajador. Un papel difícil...

Sí. Yo tenía que defender una postura que era de apoyo decidido a Estados Unidos.

¿Y estaba de acuerdo?

Yo debía defender esa postura cuando la opinión pública española, amigos y familiares míos, estaban en contra de ese apoyo a Estados Unidos.

¿Podía manifestar cuál era su verdadera opinión?

Sería un hipócrita si dijera que estaba en contra de lo que estaba haciendo el Gobierno español. Yo no estaba en contra, pero había cosas que no me gustaban. Pensaba que la acción del Gobierno apoyando a Estados Unidos estaba basada en la creencia de que Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva.

¿No se permitió una duda al respecto?

Tenía que defender la postura del Gobierno y creí en sus razones. Luego se demostró que Hussein había destruido esas armas y lo había ocultado porque quería tener atemorizados a los iraníes y a su propia población. Pensando que había una base parcial para la intervención, yo no estaba visceralmente en contra de esa acción.

Blair dijo que había sido un error, lo que diplomáticamente podría ser interpretado como pedir disculpas por la intervención. No nos suena que Aznar hiciera lo mismo, y esa intervención tuvo una consecuencia: el 11 M.

Puede ser que costara el 11 M. Blair no pidió disculpas cuando estaba en el poder, porque era un animador de la operación. Dijo después, cuando ya estaba fuera del poder, que aquello fue un error.

Los inspectores de la ONU pidieron más tiempo. Quizá una demora hubiera evitado una guerra y las consecuencias que vinieron después.

Eso también lo querían Blair y Aznar, pero no se les dio el tiempo que necesitaban. Se les dio un tiempo limitado y no se pudieron hacer las certificaciones necesarias. Blair, a posteriori, dijo que fue un error, y sí, fue un error, en eso estamos de acuerdo.

Aznar, sin embargo, ha seguido en sus trece con este tema.

Probablemente. Estaba convencido de que había que penalizar a Sadam Hussein. Todos sabíamos que era un canalla.

Eso no se discute, pero no el único canalla dirigente, ¿no?

Estoy de acuerdo. Varios embajadores me dijeron que creían que Hussein era un canalla y no dudaban de que tenía armas de destrucción masiva, pero también me decían: Estados Unidos va a meter la pata invadiendo Irak y, vosotros, los españoles, también vais a meter la pata apoyando a Estados Unidos.

Siria es hoy la guerra interminable.

Pero ahí, hay una permisividad mayor de la opinión pública, porque quien la está apoyando es Rusia. Si fuera Estados Unidos?

¿No es una lectura simplista para un diplomático de su categoría?

No estoy de acuerdo. Si fuera Estados Unidos el que la apoyara habría un clamor mundial de que la guerra se prolonga porque Estados Unidos veta cualquier disposición de la ONU. Pero como es Rusia la que está apoyando a Siria, se cierran los ojos cuando el líder sirio utiliza armas químicas. Es la permisividad hacia ciertas cosas que hace la izquierda.

Seguramente, si Siria tuviera petróleo Estados Unidos estaría metido de lleno en este conflicto.

No estoy de acuerdo con eso. Esa opinión sobre Estados Unidos es algo que trato de destrozar en mi libro. Es cierto que en ocasiones ha intervenido porque había petróleo, pero en Irak no fue la razón. Voy a dar dos ejemplos de intervención en las que no había petróleo. Uno en Somalia. Había una hambruna que estaba matando a miles de personas, se formaron convoyes de la ONU para llevar ayuda humanitaria y eran interceptados por milicias canallescas. Estados Unidos intervino para eliminar esas interferencias, porque en Somalia no hay petróleo. El otro caso fue Kosovo. Se estaba produciendo una limpieza étnica hecha por Milosevic. Los europeos eran impotentes para pararla y tuvieron que recurrir a Estados Unidos para que utilizara sus aviones y parara esa guerra, esa matanza.

Pero en Irak sí que había petróleo.

Sí, pero es una simplificación decir que intervino por ese motivo.

No diga que lo hizo por un sentimiento humanitario para salvar al mundo de un canalla como Sadam Hussein.

Sí intervino por el petróleo cuando Irak invadió Kuwait, pero en la intervención que apoyó Aznar no fue ese el motivo. Estados Unidos no estaba comprando petróleo a Irak. Es cierto que unas veces interviene por el petróleo y otras no.

Entonces solo nos queda como motivo de la invasión de Irak la venganza por el 11 S.

Eso influyó. Estaba el país traumatizado, y acertada o erróneamente se creía que Sadam Hussein tarde o temprano podría dar cobijo a terroristas.

Dice podría, lo que no significaba que lo estuviera haciendo en el momento de la invasión, ¿no?

Sí. Se tomaron unas decisiones determinadas en un momento determinado, pero cuando se produjo la intervención nadie supo que era un error.

Volvamos al presente. ¿Qué opina del gobierno de Trump?

Es una persona inquietante, una persona a la que yo nunca habría votado. Tampoco lo habría hecho a la señora Clinton, que me parece bastante cínica. Trump es inquietante, un bocazas, un misógino, un ególatra, un hombre impredecible, es improvisador?

Vamos, un ser adorable para dirigir cualquier país, y sobre todo uno que se cree el epicentro del mundo.

Entiendo el sarcasmo y estoy de acuerdo. No son las características que debe tener el dirigente del país más importante del mundo occidental. Dicho esto, tampoco debemos cegarnos los españoles, que siempre lo hacemos con los presidentes de derechas de Estados Unidos, porque llegó al poder de forma totalmente legítima. Es posible incluso que sea reelegido.

Parece difícil de aceptar, y hay muchas dudas sobre la legitimidad de su elección.

Ya no caben dudas. Es un metepatas, pero no mete la pata en todo. Hay cosas en las que Trump se expresa de forma un tanto vulgar, de forma zafia, pero lleva razón. Tiene razón cuando echa la bronca a los europeos diciendo que no gastan en defensa lo que le habían prometido.

Obama también lanzó la misma advertencia.

Obama lo hizo de una forma cortés y este presidente lo hace de una forma zafia.

Y lo de levantar un muro?

Está en su derecho, no está quebrantando con eso los derechos humanos ni violando derechos internacionales.

¿Por qué esa inquina a los emigrantes cuando su familia, la paterna y la materna, también lo ha sido? ¿Acomplejado?

No lo sé, pero está haciendo lo mismo que otros países. En Ceuta y Melilla también hay una valla. Los que entran ilegalmente son devueltos a sus países, en el caso de que se pueda. La diferencia está en que él insulta a todo un colectivo y dice las cosas de forma ordinaria, pero no ha fusilado al que ha entrado ilegalmente.

Solamente ha separado a los padres de sus hijos. ¿No le parece bastante?

Él no es responsable de ninguna muerte.

Permítame no estar de acuerdo.

Él tiene métodos drásticos para parar la emigración, pero nos olvidamos de que la gente está entrando de forma ilegal.

Al empezar la entrevista comentaba que el mundo no estaba tan mal, pero todos los días hay rescates en el mar, y muertes, de personas que hacen lo que sea por huir de sus países.

Sí, no soy ajeno a las noticias, pero no vienen porque estén a punto de matarlos, vienen porque quieren tener un futuro mejor.

¿Qué haría usted en el caso de ser un emigrante?

Haría lo que ellos. Si estuviera en Malí ganando un dólar al día y muchos días no ganaría nada, y sé que en Europa puedo ganar quince dólares al día, puedo comer, puedo vestir? claro que por sobrevivir daría el salto y me metería en una patera. Pero sería consciente de que si me pillaran me podrían devolver. A los que huyen por temas militares, sexuales o de religión, hay que acogerlos. A los demás, solo a los que te quepan. Es una locura tener una política de puertas abiertas.

¿Cree que los políticos del siglo XXI son más mediocres que en otras épocas?

Menos preparados. No hay que más que ver el currículo de los 60 políticos más conocidos, los que aparecen en la prensa, y los de los políticos en años 1978, 1980, 1982? Hay menos carreras académicas.

Tener una formación universitaria no da cultura, y tampoco preparación.

No, pero sí que da una base formativa. Si miras las trayectorias de muchos políticos actuales te encuentras con que han estado en el partido correspondiente doce años o más. Algunos no tienen ningún grado, ninguna licenciatura, y otros que sí tienen un grado, pero resulta que es un poco barato, por decirlo de alguna forma, y no han ejercido nunca.

PERSONAL

Edad: 79 años. (20 de abril de 1940).

Lugar de nacimiento: Almería.

Formación: Arias se licenció en Derecho en la Universidad de Murcia y accedió a la carrera diplomática en 1967. Luego fue destinado a Bolivia, Argelia y Portugal.

Trayectoria: En el ministerio de Asuntos Exteriores dirigió la Oficina de Información Diplomática y fue portavoz del departamento en los períodos 1980-1982, 1985-1988 y 1996-1997. Fue nombrado por gobiernos de distintos partidos políticos para asumir responsabilidades que van desde secretario de Estado de Cooperación internacional y Asuntos Iberoamericanos (1991-1993) a subsecretario del ministerio de Asuntos Exteriores. Desde sus distintas responsabilidades, Arias ha participado en diversas conferencias internacionales, como la Cumbre de la Tierra.

Fútbol: Además de haber sido director general del Real Madrid entre 1993 y 1995, Arias escribió un libro, Los tres mitos del Real Madrid, acerca de la trayectoria personal y deportiva de tres destacados delanteros del equipo: Alfredo Di Stéfano, Emilio Butragueño y Raúl.

Libros: En febrero de 2010 publicó un libro junto a Eva Celada: La trastienda de la diplomacia: De Eva Perón a Barack Obama, 25 encuentros que cambiaron nuestra historia. Su anterior libro llevaba el título Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero, donde relata los aciertos y errores de los presidentes españoles, además de numerosas anécdotas. El último es Con pajarita y sin tapujos.