Tener un Ferrari es un sueño casi exclusivo de los famosos millonarios, pero no todos los famosos millonarios pueden tener un Ferrari aunque así lo deseen. O al menos no pueden comprarlo en un concesionario oficial, porque la marca italiana tiene su particular lista negra.

¿Por qué se niega a hacer negocio con determinadas celebrities? Pues porque considera que le aportan mala imagen, que estropean sus estándares de glamour y que les sale más rentable no asociarse a esas personas, aunque sea a costa de perder unas ventas millonarias.

Uno de los famosos vetados por la firma del cavallino rampante es Justin Bieber. Y tiene su por qué. El cantante canadiense olvidó hace unos años, durante tres semanas, dónde había aparcado su Ferrari 458, hablando incluso de robo, y la marca consideró que era una actitud irresponsable, que se suma a su rechazo a las modificaciones que Bieber había hecho en el vehículo: un Ferrari es un producto tan bien diseñado que no puede ser retocado.

Distinto fue el problema de Nicholas Cage, pero con idéntico final: directo a la lista negra. El actor estadounidense se compró un Ferrari Enzo, pero debido a problemas económicos lo vendió por un precio muy por debajo de lo que a la firma de Maranello le parecía correcto.

El boxeador Floyd Mayweather tiene varios modelos de Ferrari que habría adquirido a particulares, pero la marca no quiere venderle ninguno de manera oficial debido a que no quiere relacionarse con su estilo de vida, lleno de excesos.

Dos conocidos raperos estadounidenses también han sido vetados: Tyga y 50 Cent. El primero no es bien visto por Ferrari porque al parecer suele comprar los deportivos a través de un alquiler y al cabo de un tiempo deja de pagar las facturas, como hizo en 2012 con un 458 Spider.

Por su parte, 50 Cent ha cometido varios errores para Ferrari. Uno de ellos fue lavar su F50 con champagne, acto por el que recibió una advertencia, que se transformó en veto cuando subió a Instagram una imagen en la que se quejaba del vehículo, cuando la culpa era suya por no haberle realizado el mantenimiento necesario.

Además, la lista negra también incluye al dj canadiense Deadmau 5, que en 2013 tuneó su 458 Spider: lo personalizó por dentro, lo decoró por fuera con el personaje de videojuegos Nyan Cat y le puso por nombre Purrari, ignorando los avisos que Ferrari le envió para que devolviera el coche a su estado original.