EL Hyundai Kona recibe una variante con impulsión híbrida, una propuesta motriz conectada a la realidad y con cierta visión de futuro. Tras irrumpir en el mercado con ejecuciones animadas por bloques de explosión -diésel de 136 CV y gasolina con 120 y 177- y ofertar después interpretaciones 100% eléctricas (de 135 y 204 CV), el constructor surcoreano plantea esta lúcida opción del SUV con motorización mixta de 141 CV. El Kona híbrido combina cualidades de ambas disciplinas, la petrolera y la eléctrica, para convertirse en una interesante solución de compromiso y contribuir a la transición energética. Se erige así en una alternativa sensata y rentable -arranca desde 22.590 euros- a los candidatos con muchos humos o limitada autonomía.

La tercera conjugación del proyecto Kona no pone tanto énfasis como la segunda, la eléctrica, en distinguirse de la remesa inicial, la de las variantes diésel y gasolina. Exhibe nuevas notas de color en la decoración, pero su apariencia es semejante a la que ofrecen estas. Como no altera su hechura, mantiene idéntica habitabilidad e incluso respeta íntegramente el volumen del portaequipajes (361 litros).

Lo que marca la diferencia de esta nueva interpretación se encuentra en los bajos y en el capó del vehículo, alojamientos la batería y del sistema de hibridación desarrollado por la marca. Al igual que el IONIQ, el Kona aprovecha la complicidad de un propulsor de gasolina y otro eléctrico. El primero es un cuatro cilindros de inyección directa con 105 CV y el segundo un bloque síncrono de 43,5 CV nutrido por una batería de litio de 1,56 kWh; trabajan asociados a transmisión automática de doble embrague con seis relaciones.

La alianza procura un rendimiento conjunto de 141 CV, potencia que se remite a las ruedas delanteras y permite rodar a 160 km/h de punta y progresar de 0 a 100 en 11,2 segundos. A cambio, esta interpretación mestiza reclama un promedio mínimo oficial de 5 litros de carburante y expele al menos 90 g/km de dióxido de carbono.

El híbrido se conduce con la misma facilidad que los Kona movidos por mecánicas convencionales. Hace gala de reacciones dóciles y sosegadas, anteponiendo siempre el confort y la eficiencia energética a cualquier atisbo de fogosidad. Como todos los modelos de la firma, cuenta de serie con las ayudas a la conducción contenidas en el paquete Hyundai Smartsens. Contiene sistema de frenado autónomo con detección de viandantes y ciclistas, sistema activo de cambio de carril, cambio automático de luces y detector de fatiga del conductor. Estos elementos pueden completarse con opciones como alerta de riesgo de colisión trasera y de presencia de obstáculos en el ángulo ciego, reconocimiento de señales de tráfico y control de crucero adaptativo con función Stop&Go.

Dispone, además, del sistema Eco-DAS (Driving Assist System) que fomenta el ahorro de combustible. Integra una guía de inercia que analiza la información de la carretera brindada por el sistema de navegación con el fin de detectar situaciones de deceleración inminente (por ejemplo, en salidas de vías rápidas). La anticipación permite economizar combustible y utilizar menos los frenos.

El Eco-DAS contempla además un sistema predictivo de gestión de energía, que administra la carga y descarga de la batería en situaciones de subida y bajada para optimizar su rendimiento. Cuando el nivel de energía es bajo y se espera una pendiente desfavorable, el vehículo aumenta ligeramente el funcionamiento del motor para cargar con antelación la batería. Así se garantiza que el bloque eléctrico esté preparado para cooperar en el esfuerzo, con lo que se minimiza la intervención del de gasolina y se optimiza la eficiencia de combustible. El sistema aprovecha el descenso para recuperar energía mediante la frenada regenerativa.