La figura del delito de abandono del lugar del accidente se creó en la Ley Orgánica 2/2019 de 1 de marzo, que establece la modificación del Código Penal en materia de la conducta de imprudencia en la conducción de vehículos a motor y ciclomotores.

A través del artículo 382 bis del Código Penal se sanciona al interviniente en un accidente de tráfico que abandone el lugar del mismo sin prestar asistencia a las víctimas. Una conducta que se ha extendido en los últimos años. Son numerosos los ejemplos de conductores que se dan a la fuga tras atropellar a peatones o ciclistas. Con la regulación específica de este delito se busca que este tipo de conductas no queden impunes.

¿EL BIEN JURíDICO PROTEGIDO?

En el caso del delito de fuga del lugar del accidente el bien jurídico protegido es la potestad de la Administración para investigar los accidentes de tráfico y la potestad de la Administración de Justicia para sancionar al culpable y resarcir a las víctimas. Porque la conducta del sujeto activo (el conductor culpable) puede impedir que el suceso sea esclarecido y las víctimas reciban la indemnización por el accidente de tráfico que les correspondería.

¿CUÁNDO SE COMETE Este DELITO?

Lo hace todo aquel conductor de un vehículo a motor o ciclomotor que voluntariamente, y sin que haya riesgo para él o para terceros, decida abandonar el lugar de los hechos después de haber causado o intervenido en un accidente en el que haya fallecidos o lesionados. Las penas a imponer serán más o menos graves en función de si la acción de huir tiene un carácter imprudente o fortuito. A efectos penales es indiferente si el abandono se produce de forma inmediata, nada más producirse el accidente, o si se da en un momento posterior. Lo verdaderamente importante es que el responsable huya con la intención de mantener su anonimato y no ser identificado como causante del accidente.

Para que exista conducta típica es imprescindible que en el accidente fallezcan una o varias personas o que sufran lesiones que supongan un menoscabo a su integridad corporal, su salud física o mental, que requieran una primera asistencia facultativa, un tratamiento médico o incluso quirúrgico.

También se comete este delito si alguna de las víctimas sufre la pérdida o inutilidad de algún órgano o miembro principal, uno de sus sentidos, graves deformaciones, o incluso si sufre secuelas como esterilidad o impotencia.

A fin de poder hablar de la conducta de abandono del lugar del accidente del Código Penal, es imprescindible que los hechos no encajen dentro del tipo penal del artículo 195, que hace referencia a la omisión de socorro.

¿QUÉ DIFERENCIA EXISTE CON EL DELITO DE OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO?

El delito de omisión del deber de socorro implica no prestar asistencia a quien se halle desamparado o en un peligro manifiesto y grave, siempre y cuando se pueda prestar esa asistencia sin riesgo propio ni para terceras personas.

Hay dos diferencias fundamentales entre este delito y el regulado en el 382 bis del Código Penal. El abandono del lugar del accidente solo puede cometerlo el responsable del siniestro, mientras que la omisión de socorro puede cometerla cualquier interviniente. Por ejemplo, si justo después del accidente pasa por allí otro vehículo y el conductor no se detiene a prestar auxilio.

Además, en el caso de la omisión de socorro la víctima tiene que estar desamparada (sin estar recibiendo asistencia), pero este requisito no es exigible en el abandono del lugar del accidente. Se comete este último delito aunque la víctima esté siendo atendida.

LAS PENAS POR ABANDONO DEL LUGAR DE un ACCIDENTE

Si el abandono del lugar del accidente está originado por una acción imprudente del conductor puede ser sancionado con pena de prisión de seis meses a cuatro años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por período de uno a cuatro años.

En caso de que el abandono fuera fortuito, la pena de prisión se fijará en el rango de tres a seis meses y la privación del carnet de conducir de seis meses hasta dos años.

El delito de abandono del lugar del accidente es una novedad del Código Penal que da respuesta a una realidad que se viene produciendo desde hace ya unos años, intentando así proteger la potestad de la Administración para investigar y sancionar a los responsables de accidentes y garantizando la compensación a las víctimas.