Las matrículas son el DNI de los vehículos. A través de ellas podemos identificarlos y nos permiten conocer toda la información acerca de él.

Para encontrar los primeros vehículos que comenzaron a circular en España tenemos que remontarnos a finales del siglo XIX. El primer coche que pisó territorio español fue un Panherd Levassor que llegó a Asturias en 1891 importado de Francia.

No fue hasta nueve años después, en 1900, cuando se procedió a su regulación utilizando las matrículas. El primer vehículo que la llevó fue un coche de la marca Clement en Mallorca.

En ese momento se adoptó el sistema provincial numérico: las letras de la provincia y seis números (ej: M-123456). Este estuvo vigente hasta el año 1971, momento en el que se cambió al sistema provincial alfanumérico que combinaba una o dos letras de la provincia, cuatro números y dos letras (ej: B-1234-BB).

Desde septiembre del año 2000, justo al cumplirse 100 años de la primera matrícula, tenemos el sistema alfanumérico nacional que es el que se emplea ahora y que está compuesto por cuatro números y tres letras (ej: 1234 BCD).

En este sistema se suprime el distintivo provincial y se adopta el formato común de la UE, el cual consta de una banda azul (eurobanda) en el extremo izquierdo con el círculo de estrellas de la bandera europea y el código de país (su letra inicial o dos letras).

El nuevo sistema se implantó porque algunas provincias estaban ya a punto de agotar las combinaciones del sistema anterior y por las reticencias que existían para vender en unas provincias coches de determinadas zonas del país.

Ocho millones de combinaciones

Si se utilizan todos los números y letras disponibles, el número total de posibilidades de matriculaciones asciende a 8 millones. Aunque dependerá del ritmo de ventas de los vehículos en España, el actual sistema durará alrededor de 40 años, esto es hasta 2040.

Curiosamente, en el actual sistema, las matrículas no llevan ninguna vocal ni tampoco están presentes en ellas todas las consonantes. La principal razón es que con ello se trata de evitar palabras malsonantes, como ANO o PIS, nombres propios como ANA o EVA o siglas con algún tipo de significado como ONU o ITV.

En cuanto a las consonantes, tampoco encontraremos ninguna matrícula en la que aparezcan la Ñ ni la Q, ya que podrían llevar a confusión con la N o la O así como con el número 0.

Por lo tanto, son nueve las letras del abecedario que no están presentes en ninguna matrícula. Son: A, CH, E, I, LL, Ñ, O, Q y U.

Colores y materiales

Las matrículas pueden ser de distintos colores: blancas (vehículos convencionales), azules (taxis), verdes (provisionales) o rojas (vehículos diplomáticos). También pueden ser rectangulares (coches, camiones, autobuses) o más cuadradas (ciclomotor).

A diferencia de las antiguas matrículas de chapa metálicas, las actuales están fabricadas con material acrílico y plástico. Así, estos distintivos son más sostenibles, ya que se pueden reciclar por completo. También son más seguros, ya que las antiguas placas metálicas podían causar daños durante su manipulación o en los accidentes.

Las matrículas más caras

En España no hay posibilidad de elegir la matrícula, hay que conformarse con la que te asigna la DGT. Sin embargo, en países como EEUU o Reino Unido es posible personalizarla, aunque no resulta barato.

En Reino Unido el ciudadano Mike McCoomb pagó 373.000 de euros por el número de matrícula M1 en 2006. La combinación de una letra y un número es de las más caras. Así, otro ciudadano, Afzal Kah, consiguió superar el récord de Mccoomb adquiriendo la matrícula 'F1' para su Mercedes SRL McLAren por 498.000 euros en 2008.

En los Emiratos Árabes Unidos, el Sr. Khoury se gastó más de 4 millones en una placa de matrícula con el único dígito 5 en 2007 para colocarla en uno de los 6 Rolls-Royce que posee.

En 2008 el Sr. Ghaffer Khouri, también de Emiratos Árabes Unidos, estableció el récord de la placa de matrícula más cara jamás vendida cuando compró el 1 por más de 8 millones de euros.