nueva zelanda - Michael Jonhston, un conductor de tractor de la Isla Sur de Nueva Zelanda, halló en el lecho del río Kyeburn las huellas fosilizadas de un moa, ave extinta no voladora que tenía hasta 3,6 metros de altura, durante un paseo con el perro de su jefe, informó el diario Stuff el viernes. Al notar unos rastros “de aspecto extraño”, Johnston supuso que pertenecían a dicha ave. Pensando que se trataba de un hallazgo extraordinario, envió un mensaje en Facebook a Kane Fleury, conservador asistente de Ciencia Natural del Museo de Otago, quien visitó el sitio días después. “Es definitivamente el punto culminante de mi carrera”, dijo el investigador a Stuff. “Me quedé muy impresionado, cuando entré en el agua y vi cómo se conservaron esas huellas casi perfectamente, ya que es muy poco común ver huellas tan nítidas”, describió. Los siete improntas fosilizadas, que tienen 30 centímetros de largo y de ancho, son las huellas más antiguas de moa encontradas en el archipiélago, que cuentan con millones de años de edad, admitió Fleury, que sospecha que debieron quedar expuestas después del desbordamiento del río el pasado noviembre.