EEUU - Kritsada Ratprachoom es un hombre de 44 años que vive en Udon Thani, en el noreste de Tailandia. El lunes fue como cada día a llevar a su hijo al colegio cuando sintió necesidad de ir al cuarto de baño. Hizo sus necesidades normalmente pero, cuando terminó, se dio cuenta de que aún podía sentir algo que “sobresalía de su trasero”. Tal y como explicó al diario local Khaosod, el hombre se levantó para ver de qué se trataba y pudo comprobar que había algo colgando. Se había operado recientemente de apendicitis, así que al principio pensó que podría tratarse de algún resto de la cirugía que no hubiera sido expulsado o retirado correctamente. Pero pronto se dio cuenta de que estaba equivocado. Se trataba de una solitaria, uno de esos parásitos que se introducen en el cuerpo de las personas y que crece al alimentarse de todo aquello que comemos. Sin embargo, Ratprachoom asegura que el gusano que salió del interior de su cuerpo podía medir unos diez metros de longitud. Para dejar testimonio del tamaño de la solitaria que acababa de salir de su cuerpo el hombre sacó su teléfono móvil y comenzó a grabar vídeos y hacer fotos al gusano, primero colgando de su mano y después colocándolo sobre el inodoro. Asegura que se quedó perplejo de su tamaño y desconoce cómo pudo llegar a ingerirlo. Después del susto, Ratprachoom, fotógrafo profesional, decidió tirar el gusano por el inodoro.