Isaac Gómez y Aina Gabriel, los gerentes del restaurante Capicua situado en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), recibieron una sorpresa el primer día que abrieron su negocio tras tres duros meses de confinamiento cuando unos clientes decidieron hacerles un sinpa. Era la primera comanda que atendían desde que el martes de la semana pasada el Ayuntamiento de Cerdanyola les permitió colocar dos mesas en la terraza, de las cuales no disponían antes de la crisis sanitaria. La cuenta estaba compuesta por un entrecot, un bistec y cuatro refrescos y sumaba un total de 45,20 euros y pertenecía unos chicos jóvenes que aprovecharon un momento en el que el camarero entró en local y la poca visibilidad que ofrecía la noche para irse sin pagar.

"Lo que nos molestó no fue perder ese dinero, cualquiera que tenga un negocio sabe que se trata de una cifra asumible, sino la falta de respeto hacia nuestro trabajo", explicó Isaac Gómez a Comer, quien compartió la experiencia en sus redes sociales. Al día siguiente cuando estaban recogiendo una de las mesas que habían atendido esa noche encontraron un obsequio inesperado. Escondido en una de las sillas había un sobre con la cantidad de dinero que habían perdido el día anterior y con un mensaje que decía: "Esto lo remontaremos entre todos. Os merecéis lo mejor. ¡Muchos ánimos!". El sobre era anónimo, pero las personas que ocuparon esa mesa habían llamado para hacer la reserva, así que Isaac y Aina pudieron darles las gracias por el gesto.