La modelo Alex Undone alquiló un alojamiento a través de la plataforma Airbnb en Brooklyn (Nueva York) y descubrió durante su estancia una cámara oculta disfrazada de cargador de teléfono. Undone reconoció que se dio cuenta de lo que ocurría cuando recordó un vídeo de hace años que se hizo viral en el que una joven modelo advertía que en algunos vestuarios y baños había cámaras ocultas. A simple vista, el dispositivo parecía una simple clavija para conectar un cable USB, pero escondía una entrada para una tarjeta de memoria portátil que almacenaba las imágenes registradas por una lente colocada en la parte delantera. Alex se quejó a la Policía, pero le dijeron que su caso se encontraba en "una zona gris", es decir, que no estaba claro si la cámara violaba la ley o si el anfitrión había incurrido en algún delito. Independientemente de que el propietario del inmueble hubiera revelado la presencia del equipo de grabación, este se encontraba en las "áreas comunes" y, según la normativa de Airbnb, solo está prohibido instalar cámaras de seguridad en espacios privados, aunque los anfitriones deben incluir en sus anuncios información sobre cualquier equipo. El incidente con Undone es uno de los muchos denunciados por usuarios de Airbnb en todo el mundo. En 2019 una familia neozelandesa que reservó un apartamento en Irlanda halló una cámara, que emitía en directo a través de una carcasa similar a una alarma contra incendios.