Badger fue abandonado junto a otros tres cachorros al sur de Londres cuando apenas tenía seis semanas. Los cachorros, de cocker spaniel inglés, tenían varias enfermedades en los ojos, en la piel y en los oídos. Gracias a un tratamiento pudieron curarles las heridas e incluso uno de ellos pudo convertirse en perro policía. Gracias a los cuidados que recibió, el pequeño demostró ser un perro fuerte y se sobrepuso a las adversidades y a lo que parecía un futuro más que negro por las personas que lo habían descuidado. Quienes rescataron al que ahora es un gran perro policía lo entrenaron para ser guardián y hoy se ha transformado en un agente canino en la Unidad de Perros de la Policía de Surrey y Sussex. La agente de policía encargada de Badger, Steph Barrett, declaró al diario Daily Mail que “después de mucho amor y entrenamiento”, el perro recuperó la confianza en los humanos. “Todavía tiene ese lado descarado, pero está obsesionado con el trabajo. Me hace reír todo el día”, aseguró.