Frío y calor desafían el fenómeno de las temperaturas en los desiertos. Resulta curioso como nos imaginamos desiertos áridos y con temperaturas muy altas. No obstante, el desierto posee ocultos secretos.

Arena y frío, algo, que, paradójicamente no penetra del todo en nuestra lógica. Al contrario de otros climas, la temperatura de las zonas más escasas, no conoce la escala de grises. Extremo calor o demasiado frío. Así se da el dramático cambio atmosférico en un escenario de cactus y camellos. Otro de los datos curiosos es como las temperaturas pueden descender hasta un total de 40ºC.

Según el informe de WordAtlas “El vapor de agua en el aire atrapan el calor más cercano al suelo como una manta gigante invisible, así evita que se disipe en la atmósfera”

Pero esto ya no supone un problema para la fauna. En el caso de camellos y dromedarios, su gruesa capa de pelo y piel les ayuda a no perder el frío por las noches, que, ya habían almacenado por la mañana. En cuanto a la vegetación, plantas icónicas del desiertos, como son los cactus, han conseguido desarrollar una variedad de toxinas y defensas, para proteger su preciado líquido. Múltiples estudios ya creen en conjeturas y polémicas medioambientales, aunque esta extrema variedad climática, todavía esconde secretos por conocer...