Roberto Enríquez (León, 1968) es un actor muy reconocido tras su paso por series como Hospital Central, Vis a vis y El embarcadero. En estos momentos está grabando la serie El desorden que dejas, para Netflix.

1 Ritual de teatro. No es muy maniático cuando está en el camerino antes de salir al escenario, aunque desde hace más de treinta años se toma una infusión de tomillo y anises. Es su remedio para fortalecer la voz. También hace estiramientos.

2 Pasión lectora. Para él, el acto de leer sigue siendo trabajo. Es muy diverso en sus lecturas, y a la hora de escoger un género se suele decantar por el teatro. Pero también se muestra ecléctico y se lanza al ensayo y la novela de clásicos y contemporáneos.

3 Un antes y un después. Cuando rodó El alquimista impaciente llevaba trece años haciendo cine. Esta película, basada en la novela del mismo nombre de Lorenzo Silva, supuso su despegue en el universo cinematográfico.

4 Sus dos amores. Tiene alguno más, pero se descubre ante lo que siente por sus dos hijos mellizos, Manuel y Martina. Sus deseos de ser padre le llevaron a la opción de la paternidad a través de un vientre de alquiler en la India.

5 Alejado de sus personaje. Le gusta el deporte, pero no es futbolero a pesar de su personaje en la serie Todo por el juego, donde es el presidente de un club muy corrupto. Piensa que el del balón es un deporte sujeto a unas normas que no van con su estilo de vida.

6 Mal televidente. No está alejado de la televisión en cuanto a trabajo, pero sí en cuanto a interés por verla. De hecho, en su casa no ha habido una pantalla hasta hace cinco años, cuando compró un televisor para atender las demandas de sus hijos.

7 Su tiempo. Le gusta tumbarse en el sofá, viajar, jugar con sus hijos y estar con sus amigos. "Cuando no tengo trabajo me declaro en huelga total de obligaciones", dice. Le gusta dormir y no pensar en los textos que le esperan a la vuelta de las vacaciones.

8 Un reto. Está grabando en Galicia la serie para Netflix El desorden que dejas, sobre un libro del guionista Carlos Montero. Está encantado, pero tiene un desafío importante ante sí: el acento gallego que tiene que imprimir a su personaje.

9 Discreto. Es muy reservado en sus relaciones privadas, pocas veces habla de su familia y no le gusta que le fotografíen con sus hijos. Nunca se le ha conocido una relación sentimental.

10 No le gustan? Las ruedas de prensa. Prefiere mantenerse al margen de lo que considera un circo promocional. Le disgusta tener que contestar a bote pronto, aunque es amable cuando por fin concede una entrevista.