Impudorosa tropa: Supongo que no hay nada de malo en mostrar cariño a alguien de la misma sangre, da igual que se trate de una bellísima persona, de un asesino en serie o de un trafullero económico que se lo ha llevado crudo valiéndose de una testa coronada. Lo que ya no creo es que esté al alcance de cualquier familia pegarse a un rule hasta Abu Dabi para hacerle unas carantoñas al yayo vergonzosamente expatriado, sacarse unas fotos de lo que debería ser un momento íntimo y distribuir las imágenes a través de una agencia de noticias después de haberlas sometido a un patético Photoshop. Quedan todos ustedes retratados en más de un sentido de la palabra. Lo hacen, también es verdad, porque saben que nadie les exigirá que enseñen la factura.