Los creadores Menna Fité y Héctor Lozano ya demostraron, como dúo creativo, un especial don para dar forma a sus personajes cuando escribieron Merlí, sapere aude, la multipremiada serie continuación de la original Merlí, protagonizada por Francesc Orella y un nutrido grupo de jóvenes intérpretes catalanes. Entre ellos, Carlos Cuevas.

Ahora, Fitté y Lozano se han fijado en el colectivo de las camareras de piso, uno de los colectivos más castigados en lo laboral, para rodar Las invisibles. Un proyecto que es también un espacio para la denuncia social de los abusos que sufren estas trabajadoras que, salvo honrosas excepciones, tienen que conformarse con cobrar 2 euros por habitación teniendo que hacer muchas en tiempo record.

“Lo que hemos hecho es una serie de ficción. Nos hemos guiado por una realidad pero como en todas partes hay hoteleros excelentes y otros que serán unos negreros. Esta serie es para que la gente ría, llore, se divierta, piense en la realidad de lo que están padeciendo unas mujeres”, resumía Lolita Flores, una de las actrices protagonistas, durante el reciente Festival de Málaga.

Fitté, como director, tiene especial predilección por las historias de personajes y aquí presenta a unas mujeres cargadas de muchos problemas pero también llenas de esperanza y afán de superación. Lozano, por su parte, recuerda que “hace tres años que pensé en crear esta serie y me asesoraron camareras de piso de la Asociación Las Kellys de Barcelona”.

SERIE OPTIMISTA

Para dar el mayor realismo posible a la serie, se exigió a las protagonistas formarse en el trabajo de las mujeres a las que dan vida en la ficción y hasta aprenderse unas coreografías que interpretan en cada uno de los ocho capítulos.

Y es que Las invisibles es una serie con grandes dosis de optimismo en la que el duro trabajo diario se mezcla con los pequeños placeres de la vida que toman forma de ensoñación musical.

Junto a la citada Lolita Flores, completan el reparto María Pujalte (Los misterios de Laura), Elena Irureta (Patria), Paula del Río (El Internado. Las Cumbres), Paula Mirá (El pueblo), Yaël Belicha (Vamos, Vota y Venga Juan) y la mexicana Yoshira Escarsega como intérpretes principales.

“Queremos transmitir una mirada lo más natural posible. No nos ponemos por encima de nadie, ni siquiera de esos personajes más antipáticos. La vida es reír y llorar y en todo momento buscamos reflejar la verdad lo mejor posible, y ser respetuosos con todo el mundo”, comenta el productor ejecutivo Pedro Uriol.

La mayor parte de la grabación tuvo lugar en la comarca barcelonesa del Maresme, en localidades como Calella o Santa Susana.