Sus primeros pasos en el mundo de la ópera los dio con tan sólo seis años y desde entonces Sofía Esparza (Pamplona, 1994) no ha dejado de formarse: “Y lo haré hasta el último día que cante”, reflexiona la soprano, una “ciudadana del mundo” que regresa a casa para recibir el Premio a la Promoción del Talento Artístico. En 2023 la vuelta será, al fin, para actuar: “Ojalá pueda cantar más a menudo para mi gente”.

Este miércoles recibirá el Premio a la Promoción del Talento Artístico, ¿qué supone este reconocimiento?

–Nunca te das cuenta bien del todo de estas cosas tan buenas, luego las vas asumiendo… Desde luego me siento muy honrada, pero sobre todo feliz de que lo hagan en mi tierra y de que reconozcan el talento y, sobre todo, el trabajo y el esfuerzo que supone. Desde luego esta carrera no es sólo talento, es sobre todo muchísima constancia, trabajo, estudio… Estamos viajando de un lado a otro y cada mes estamos cantando en un teatro diferente… Eres un poco ciudadano del mundo, pero recibir este premio te une de nuevo a tu casa y a tus raíces.                                                                                                     

¿Sirve también para visibilizar el mundo de la ópera en general?

–Claro, para mí la ópera es el día a día, pero supongo que para mucha gente es una cosa que está ahí. Y le den este premio a alguien que canta ópera y, sobre todo, a alguien joven que canta ópera, lo saca a la luz . Hay gente joven que cantamos ópera y premios como éste nos dan fuerza a los jóvenes artistas, a los de hoy y los del futuro. Y que el propio talento pueda ser reconocido y apoyado por los altos niveles e instituciones da coraje. 

Hay cantantes jóvenes en el mundo de la ópera pero, ¿también como asistentes, con un público que tiene relevo generacional?

–También. La mayoría siempre es público mayor y es una edad de media alta, pero sí que cada vez hay más gente joven porque se hacen muchísimas cosas para impulsar la ópera, se ponen precios especiales para los jóvenes y cada vez lo van haciendo más atractivo. También muchos teatros buscan el modo de atraer a los jóvenes y poco a poco va mejorando. 

¿Y en Navarra?

–Sé que en Baluarte hay entradas especiales para jóvenes y estudiantes. Se hacen cosas, ¿podría hacerse más? También.

De hecho, lamenta que lleva mucho tiempo sin actuar en la Comunidad Foral...

–Sí, llevo años cantando sobre todo fuera. Gracias a dios, la temporada que viene volveré en mayo a Navarra –11 de mayo, en Baluarte junto a la Orquesta Sinfónica– pero a ver si gracias a este premio puedo ir cantando más a menudo para mi gente. Cuando vuelvo durante un periodo corto y me ven por la calle, me preguntan que cuándo me van a ver cantando por aquí y como no vayan a Madrid...

El jurado del galardón destacó “la variedad y amplitud de su registro como intérprete, tanto en espectáculos de ópera y zarzuela, como en conciertos como solista o en recitales de música de cámara y oratorio. ¿Dónde se siente más cómoda?  

–La verdad es que me gusta todo. Lo bonito de este trabajo es también la variedad:un mes estás cantando zarzuela y al mes siguiente estás cantando un oratorio, un concierto o una opera. Si tuviera que elegir, elegiría el trabajo de más producción escénica, óperas y zarzuelas, porque te permite ahondar en un personaje y ser una persona que no eres tú, estudiar el rol al que estás representando.                                                                                              

Viajemos al punto de partida: ¿cómo llegó Sofía Esparza a la ópera?

–Mi primer contacto con la ópera fue a los seis años en Pamplona, en el Teatro Gayarre, donde hice de figurante en Il trovatore de Verdi. Y acto seguido empecé a cantar en coros infantiles en las óperas.

También desde pequeña comenzó a formarse en el Conservatorio, primero en arpa y después en canto. 

–Empecé en en el conservatorio con ocho años el arpa y cuando cumplí 18 vi que lo que quería realmente era cantar. Empecé a hacer canto, luego me fui a Barcelona e hice el máster, me especialicé en el género de canción... pero ya venía cantando roles en óperas y estaba en el panorama. 

Además de Barcelona, también se ha formado en San Sebastián y Busseto (Italia). ¿Qué le ha aportado esta experiencia de aprendizaje en diferentes centros y ciudades?

–Este trabajo es un continuo aprendizaje y los artistas siempre vamos a tener que estar formándonos, hasta nuestro último día cantando. En cada sitio aprendes cosas distintas y si tu objetivo es tener una carrera internacional, tu formación debe serlo también. Hay que moverse, viajar, buscar maestros en todas partes… y encontrar tu propia guía. 

Actualmente, ¿en qué proyectos está trabajando?

–Ahora estoy de vacaciones, que ya lo necesitaba (risas). Después de verano abriré la temporada del Teatro de la Zarzuela con La Celestina. En el mismo teatro también abriré el ciclo Notas del Ambigú con un concierto junto al pianista Rinaldo Zhok yç todo repertorio del autor navarro Joaquín Gaztambide para rendirle homenaje. También con Zhok grabamos un disco de repertorio de Emilio Arrieta. Va a ser un doble disco con 36 canciones y muchas de las composiciones nunca se han escuchado... Hay que intentar siempre sacar a relucir nuestras pequeñas joyitas. muchas de ellas no han sido escuchadas por la gente y con esto hemos conseguido que esta música esté viva.                               

El premio que recibe está dotado de 10.000 euros para invertir en un proyecto artístico. ¿Ha pensado ya qué quiere hacer?

–Estoy esperando a reunirme para ver qué es lo que prefieren: si prefieren que el premio sea para seguir formándome, que sea para un concierto, para otro proyecto discográfico… Por ideas no es, que tengo muchísmas (risas).                                                   

Cerremos con una pregunta quizá trillada: ¿qué es el canto para usted?

–El canto es mi día a día, mi vida. No concibo la vida sin cantar. Desde muy pequeña he cantado y mucha gente necesita cantar para vivir. Todo el mundo canta, mejor o peor, pero es algo que nos realiza y nos hace felices... Y nos sirve como modo de expresión: la voz para los cantantes es la forma de conmover y emocionar. Una manera de transmitir emociones.

Formación y trayectoria artística.

Sofia Esparza (1994): cantante de ópera, ha alcanzado en el mundo de la música el reconocimiento por todo el país. La soprano de Pamplona ha inició sus estudios en el Conservatorio Superior de Navarra, donde cursó arpa y canto, y posteriormente completó su formación en centros de San Sebastián y Barcelona y ha obtenido una beca para la Accademia di Alto Perfezionamento Renato Bruson de Busseto (Italia). Ha actuado en escenarios de Italia, Francia o Georgia; ha compartido programa con cantantes como Placido Domingo o Anna Pirozzi; y ha trabajado con directores de orquesta como José Miguel Pérez-Sierra, Sergio Alapont, Nicola Valentini, Jonathan Brandani o Lorenzo Passerini.