El salario real (descontando el efecto de la inflación) por cada hora trabajada ha caído un 4% en el Estado desde finales de 2019, justo antes de que estallara la crisis de la covid, hasta el primer trimestre de este año, cuando en el conjunto de la OCDE ese descenso se limitó al 2,2%.

En su informe anual de perspectivas sobre el empleo publicado ayer, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destaca que el mercado laboral mostró “una notable resistencia y dinamismo en los últimos tiempos”, con un aumento del empleo del 1,2% en el primer trimestre.

No obstante, también hace notar que sigue siendo, con diferencia, el país con la tasa de paro más elevada (12,7% en mayo), cuando la media de los miembros era del 4,8% ese mes. Y esa tasa se mantendrá a un nivel “relativamente alto”, del 12,6% el resto del año. Los países en los que más valor adquisitivo perdió el salario horario desde la pandemia fueron Costa Rica (10,8%), Estonia (9,6%), República Checa (8,3%), Italia (7,5%) y Países Bajos (7,4%). En el otro extremo, se han revalorizado en 10 de los miembros de la OCDE, entre ellos Francia (1,5%) y el Reino Unido (1,9%), pero, sobre todo, en Corea del Sur (5,3%), Israel (5,4%) y Lituania (7,1%). Los autores del estudio calculan que la subida de tipos de interés va a tener un impacto negativo en la inversión privada y en una ralentización del crecimiento que acarreará un ligero incremento de la tasa de paro en el conjunto de la OCDE.