Realidad incontestable

– Hay excepcionales reporteras y reporteros de tribunales en nuestro entorno, pero ahora mismo no creo que nadie informe sobre la actualidad jurídica con la solvencia que demuestra el compañero de LaSexta Alfonso Pérez Medina. Y tampoco hay un plumilla en mi gremio que tenga más paciencia. Desde hace un tiempo, además de sus ejemplares intervenciones televisivas, nos ilustra en Twitter sobre las diferentes decisiones judiciales relacionadas con la aplicación de la ley del Solo sí es sí. Ojo, no solo de las rebajas de condena. También da oportuna cuenta de los fallos que mantienen las sentencias originales. Eso no evita que cada tres por cuatro le salgan señoritingos exaltados —mayormente, anónimos; el pan nuestro de cada día en las redes sociales— que, tras acordarse de su parentela, porfían que solo informa de las reducciones de pena. Ya les digo que eso es radicalmente falso. Y ahí está el histórico de sus publicaciones. Otra cosa es que, por desgracia, le toque más veces hablar de las condenas menguantes o las excarcelaciones por el triste hecho de que son mayoría.

281 rebajas

– En el momento de teclear estas líneas, Alfonso ha documentado 281 depredadores sexuales beneficiados por el agujero de la ley. Y como él mismo anotaba ayer, la falacia de la conspiración de togas machirulo-fachosas cae por su propio peso. La retroactividad la han aplicado el Tribunal Supremo, once tribunales Superiores autonómicos y 30 audiencias provinciales. Y si debemos fijarnos en la adscripción ideológica, resulta que hay un buen número de magistrados tenidos por progresistas que han adoptado la decisión favorable al reo. ¿Por gusto? No. Simplemente, porque la ley no les deja otra opción, salvo que tiren por la calle de en medio de la prevaricación o la desobediencia.

No es el consentimiento

– Ante un escenario tan clamoroso, y dos meses después de que se dieran los primeros casos, la parte socialista del gobierno español ha anunciado, por fin en serio —es decir, a través de un proposición de ley y no de una ñapa inútil—, que va a tratar de tapar la brutal vía de agua de la norma. Como si fuera necesario, y ante la resistencia numantina de sus socios morados, los diferentes portavoces sienten la necesidad de aclarar que no se va a tocar la parte del consentimiento. Perdonen la procacidad, pero… ¡Nos ha jodido! Absolutamente nadie ha puesto el foco ahí. Lo que falla, como tienen dolorosamente certificado casi trescientas víctimas, es la benevolencia de las penas. Y aunque el mal ya esté hecho, es ahí donde hay que actuar, diga lo que diga Podemos.