A pesar de que gatos y perros son las mascotas mayoritarias, las aves siempre han contado con fervorosos partidarios. Canarios y jilgueros son las especies autóctonas más populares, especialmente por su canto y la relativa facilidad con la que se pueden criar. A ellas se unieron también los periquitos, que además de cantar ofrecen todas una galería de sonidos que hacen mucha compañía. Estas pequeñas psitácidas amarilla y azules abrieron el camino a otras especies de loros que con su sociabilidad y se colorido pronto se ganaron el corazón de los aficionados. Diamantes mandarín (aunque estos no son loros), agapornis, ninfas llegaron a los aviarios de los hogares.

Los periquitos son pájaros sociales que viven en grupo, por lo que al menos, para mejorar su estado mental, lo mejor es tenerlos en pareja. Ahora la gran pregunta ¿qué combinación, macho y hembra, dos machos o dos hembras? Lo normal suele ser optar por un macho y una hembra, aunque la intención no sea criar. En teoría se llevarán mejor. Los machos son territoriales y tenderán a pelearse por el espacio. Las hembras en principio son menos agresivas entre ellos, pero si tratarán de dominar una a otra, por lo que puede haber conflicto. Esto no quiere decir que un él y una ella vayan a ser pareja, pueden no congeniar pero es más raro.

El céreo azul indica que se trata de un ejemplar macho. Freepik

Para evitar conflictos lo mejor es aprender a sexar, a diferenciar los machos de las hembras. Afortunadamente, en el caso de los periquitos, esta especie es dismórfica. Es decir, a simple vista se puede ver la diferencia morfológica entre ambos sexos. Esto no ocurre con todas la especies, algunas son monomórficas, son se pueden distinguir a simple vista y hay que recurrir a que ellos se emparejen y que la naturaleza siga su curso o recurrir a un análisis de ADN. Un ejemplo de esto es otro popular pájaro, el agaporni o inseparable, que también necesita vivir en pareja.

Cómo saber si mi periquito es macho o hembra

Los periquitos son dimórficos, sí que existen diferencias entre machos y hembras, tanto en crías como en adultos, por lo que es relativamente sencillo distinguirlos. Hay que fijarse en el color del céreo, que es la parte protuberante que rodea las narinas, los agujeros del pico.

Un ejemplar hembra de periquito. Freepik

En los ejemplares adultos, en los machos el color del céreo es azul, un azul intenso que se incrementará cuando esté en celo. Por su parte, las hembras mostrarán un tono rosa potente. Igualmente, en la época de reproducción, este colo coge más fuerza y variará entre el marrón y el rojo.

En el caso de ejemplares jóvenes, de polluelos hasta los cuatro o cinco meses el color es distinto. En los machos, antes de empezar a madurar, a entre en la fase adulta, el céreo es más claro, de color rosado, mientras que en las hembras mantienen una tonalidad más azulada.

En principio esto vale para los ejemplares de lo que se considera la variedad ancestral, la original y que vive en libertad. Para todas las mutaciones que han ido surgiendo tras años de cría en cautividad, como la pio, la lutino o la albina, esto puede cambiar significativamente.