China amaneció hoy con resaca de la oleada de protestas que sacudió el fin de semana las principales ciudades del país en contra de la política de "cero covid" y en las que resultaron detenidos un número indeterminado de personas y al menos dos corresponsales de medios occidentales.

La indignación por la muerte de 10 personas en un edificio aparentemente confinado de la ciudad de Urumqi (noroeste) se transformó ayer en vigilias y protestas inéditas en numerosas partes del país, como Pekín o la megalópolis de Shanghái.

Algunas grabaciones mostraron cómo cientos de personas marchaban por las calles de diferentes ciudades mientras mostraban hojas de papel en blanco que representaban su oposición a la censura.

¿Qué significan los folios en blanco?

La cuestión de las hojas en blanco ha sido entendida como una protesta también contra la censura y la falta de libertad de expresión en el gigante asiático.

Esta idea tiene sus raíces en protestas como las que tuvieron lugar en 2020 en la región de Hong Kong, donde los manifestantes sostuvieron papeles en blanco para protestar contra la polémica ley de Seguridad Nacional, que según defensores de los derechos Humanos socavarías las libertades individuales de la población.

Ahora, el uso de estos folios se está extendiendo en un intento por eludir la censura y evitar los arrestos después de que varias personas hayan sido detenidas a lo largo de la jornada.

Aunque por el momento no se han registrado graves enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes, varias organizaciones han denunciado fuertes medidas contra periodistas, entre los que se encuentra el británico Edward Lawrence, que trabaja para la cadena de televisión BBC y ha sido golpeado durante su arresto. Esto ha llevado a asociaciones como el Club de Corresponsales Extranjeros de China a criticar las acciones de los agentes, especialmente en Pekín y Shanghái.

Mientras tanto, las autoridades de grandes ciudades como Cantón, Pekín o Chongqing, entre otras, han dispuesto medidas como el cierre de carreteras y el bloqueo a entradas y salidas de complejos residenciales con el objetivo de limitar la participación en las marchas.

China se encuentra actualmente registrando sus cifras más altas de contagios por coronavirus desde el inicio de la pandemia. Solo este lunes, las autoridades sanitarias hablaban de unos 40.000 casos nuevos.

Los manifestantes, que siguen saliendo a la calle en un intento por lograr una mayor libertad a pesar de la pandemia, suponen ahora un desafío para Xi, que tendrá que analizar las consecuencias de seguir adelante con una política que ya no es bien recibida por toda la población.