Dentro de unos días la ermita de San Pedro lucirá nueva cubierta, obras acometidas por las parroquias de Altsasu y Urdiain con un presupuesto en torno a 20.000 euros. “Siempre surgen imprevistos y hasta el final no se sabe el coste real”, apunta Patxi Izko, párroco de Altsasu. “Antes de la pandemia desde el Ayuntamiento se nos avisó de que el tejado estaba necesitado de arreglos. Desde entonces la situación fue a peor. En la última revisión se vio que era urgente poner teja nueva. Se ha aprovechado para colocar tela asfáltica para mejorar el aislamiento”, explica el párroco. Al respecto, señala que la estructura de madera de roble se encuentra en buen estado.

“Queríamos que las obras estuvieran listas para el día de San Pedro pero no fue posible”, observa. Lo cierto es que en la celebración de esta fiesta, el pasado 29 de junio tras más de dos años de permanecer cerrada la ermita, algunas personas miraban con preocupación su tejado, donde crecía vegetación.

Y es que esta ermita, cuya propiedad comparte Altsasu y Urdiain, se encuentra en el monte, rodeada de centenarios robles y también de leyendas. No en vano, y tal como se puede leer en su dintel, en este lugar fue proclamado Garzia Ximenez como primer rey de Navarra en 717, hecho que niegan los expertos. Cierto o no, todos los pueblos del valle de Burunda, desde Ziordia hasta Bakaiku, estuvieron exentos de impuestos hasta el siglo XV por ser la cuna de la monarquía de Navarra.

PINTADO DE LA IGLESIA

En la parroquia de Altsasu también están de obras, en este caso en su interior para la pintura del templo. Y es que la nueva iluminación, una vez acometida el pasado año la renovación de la instalación eléctrica y sustitución de las luminarias por otras de tecnología LED, dejó a la vista desconchados y filtraciones en los techos y paredes. El presupuesto ronda los 25.000 euros. Esta actuación obligó a cerrar la iglesia hace dos semanas y trasladar los oficios a la ermita del Cristo de Otadia.

“Había necesidad de poner a punto la parroquia. El próximo proyecto, más ambicioso, es reformar la casa parroquial como centro parroquial”, observa Izko. Para su financiación se ha vendido el centro Xabier además de donativos. “Estoy convencido de que saldremos adelante. La gente es muy generosa”, asegura Izko, que llegó hace cuatro años a Altsasu para hacerse cargo de la parroquia, donde los dos curas, Rafael Ayarra y Sebastián Hualde, están técnicamente jubilados pero en activo. “Formamos un equipo, un cura nunca se jubila”, asegura Izko, que también se encarga de las parroquias de Olazti y Ziordia.