Estella-Lizarra se encuentra a las puertas de perder un viejo tesoro arquitectónico y pictórico. Se trata de un cenador que se conserva en la trasera de la Avenida de Yerrri. Un pequeño edificio modernista que mandaron construir a principios de del siglo XX el matrimonio de Elvira Jaén y Ramón Monreal, quien llegó a ser alcalde de la ciudad del Ega.

Toda una sorpresa de la que muy pocos sabían algo y que durante décadas había estado oculta en una zona de huertas, cabañas de campo y tapias que protegían pequeñas naves industriales y comerciales. Un lugar apartado y fresco que sirvió de casa de verano para aquella familia adinerada de Estella que durante décadas se habían dedicado al comercio de la lana y habían encontrado una gran rentabilidad en su exportación a Francia. “La edificación fue construida con objeto de pasar los días de verano en un entorno natural y menos caluroso que la ciudad”, señalan en sus páginas desde Hispania Nostra, una fundación que ha detectado que se podría estar corriendo un grave perjuicio contra una pequeña joya que ha resistido los embates del tiempo y de la dejación, y que ha salido a la luz al hacerse realidad un proyecto urbanístico.

Desde el pleno de hace un año, en febrero de 2023, el edificio ya no tendrá la protección de los responsables políticos del Ayuntamiento, que dejaron la decisión final de su desmantelamiento en manos de la promotora que construirá siete bloques con unas 96 viviendas en este punto relativamente céntrico de Estella, al que separan apenas unos metros de la centenaria plaza de toros de la ciudad del Ega.

Esa fue la negativa a su conservación por parte de los responsables de la entonces Navarra Suma, que prefirieron apostar por su demolición ante el temor de que su traslado a una nueva ubicación pudiera “dañar la estructura”. Tampoco UPN, PP y PSN consintieron en esta legislatura que se pagara una nota de reparo con cargo al remanente de tesorería del Ayuntamiento, de 12.700 por la factura presentada por la empresa Promoción OFP que ya había hecho el trabajo de digitalización en 3D recogiendo en imágenes los activos del edificio por orden del Consistorio por lo que este posible activo público quedaría en una empresa privada a la que el Ayuntamiento no había querido pagar.

El apoyo a la catalogación del edificio por su valor histórico y artístico tampoco vino dado en un primer momento por el Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra, quien reciente y finalmente, emitió un informe en el que se recogía el valor de este edificio modernista y sus pinturas y recomendó al Ayuntamiento de Estella-Lizarra “que conserve el cenador”. Lo cierto es que, a día de hoy, ya se encuentra registrado en el catálogo del Gobierno de Navarra.

Por un lado, desde Hispania Nostra destacan la arquitectura de “estilo ecléctico de apariencia neogótica en la que destaca la utilización de arcos apuntados en puertas y ventanas y pequeños rosetones que coronan los vanos de las fachadas principales. Su arquitectura recuerda al complejo modernista de Vergalijo en Miranda de Arga”. Por otro, también hicieron hincapié en el interior que cuenta con “unas pinturas modernistas que decoran el techo y partes superiores de las paredes, con elementos vegetales, cardos y también zonas en relieve de estuco. A los lados de la entrada, se hallan pintadas las iniciales que corresponderían a los apellidos del matrimonio Jaén y Monreal”.

Ante la posible inminencia de la urbanización y construcción de las edificaciones, se abre un periodo difícil, en el que cabe la posibilidad de que el constructor ejecute su proyecto tal y como está legalmente planteado y destruya el edificio sin atender a posibles trabajos de mantenimiento o traslado -una posibilidad que ya los grupos municipales fueron descartando-.

Tras los intentos desesperados del Centro de Estudios de Tierra Estella (CETE/LI) que ha venido advirtiendo del valor del edificio y su sus pinturas, ahora la tarea de llamar la atención sobre las consecuencias de un derribo del edificio, las ha emprendido la asociación Hispania Nostra que lleva en marcha desde 2007. Con todo, esta asociación cuenta con el prestigio por haber trabajado y salvado patrimonio histórico y se definen como “una herramienta de participación social creada con el fin de dar a conocer, sensibilizar y actuar sobre los elementos patrimoniales del territorio español en riesgo de desaparición. Es una llamada a la acción para, evitar que nuestra herencia se pierda y pase a la Lista Negra, y, por el contrario, se recupere y forme parte de la Lista Verde”. Que este edificio modernista entre en la lista negra de la demolición o en la verde del mantenimiento y restauración, es lo que se juega Estella-Lizarra y el patrimosnio de Navarra; no se sabe si en los próximos días, semanas o meses.