Todavía son demasiados quienes, pensando que controlan la situación, igualmente deciden ponerse al volante. Esto pone en peligro la seguridad vial, ya que aumenta el riesgo de accidente.

Los efectos del alcohol en el organismo dependerán de diversas variables, como la corpulencia de la persona (a menor peso, mayor tasa), el sexo (en las mujeres se eleva más), la edad (los menores de 18 años y los mayores de 65 son más sensibles a sus efectos) la graduación y el tipo de bebida, la cantidad tomada, si el estómago está vacío (pasa más rápido a la sangre) y otras circunstancias personales (enfermedades, fatiga, estrés…).

LAS TASAS Y PENAS

La Ley de Seguridad Vial fija las tasas máximas de alcohol permitidas para los conductores, así como la prohibición de conducir con presencia de drogas en el organismo. A partir de 0,25 mg/l de alcohol en aire aspirado es dar positivo; esta cifra se reduce a 0,15 mg/l para los noveles y profesionales. Hasta 0,50 mg/l (0,30 mg/l), la multa es de 500 euros y 4 puntos. Superar los 0,50 mg/l supone 1000 euros y 6 puntos (igual para positivos en drogas).

Por su parte, el capítulo IV del Título XVII del Código Penal tipifica los delitos contra la seguridad del tráfico y establece penas por conducir con exceso de alcohol (más de 0,60 mg/l) o bajo la influencia de drogas: prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de uno hasta cuatro años. Negarse a hacer la prueba de control supone cárcel de seis meses a un año y privación del derecho a conducir de uno a cuatro años.

En la última modificación de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial se introdujo una importante novedad: los menores de edad tienen un límite de alcoholemia de 0,0 gramos de alcohol en sangre para poder conducir. Significa que el conductor de un ciclomotor, motocicleta o patinete eléctrico cuya edad sea inferior a los 18 años no podrá ponerse al manillar si ha bebido una sola cerveza.

TRUCOS FALSOS

 Existe la falsa creencia de que se puede hacer bajar el nivel de alcohol con varios trucos. Sin embargo, ninguno de ellos es efectivo. Solo hay una única y sencilla forma de dar negativo en un control de alcoholemia: no beber. Nada sirve para engañar al etilómetro. Y lo mismo sucede con las drogas. 

No ingerir alcohol es la mejor manera de no dar positivo en un control de alcoholemia. Se ha llegado a calcular que, de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado entre 30 y 50 de ellos.

  • Sabores fuertes: el café, el chicle o la pasta dentífrica. Es cierto que algunas sustancias de fuerte sabor y olor puede absorber mínimas cantidades de alcohol en la boca, como el café, la pasta de dientes o los chicles. Ninguno reduce su presencia en el aire alveolar. Mejoran el aliento, pero no eliminan el alcohol del organismo.
  • Ejercicio físico. Se ha dicho que quema el alcohol con más rapidez ya que al forzar la circulación de la sangre y romper a sudar, nuestro organismo lo elimina. No obstante, su efecto resulta casi inapreciable y hacer un esfuerzo desmesurado puede ser contraproducente para la salud.
  • Esperar un par de horas. Con el paso del tiempo, la cantidad de alcohol en sangre se reduce; se estima que el cuerpo elimina 0,20 gramos /litro por cada hora, por lo que deberíamos esperar un mínimo de cinco horas para que la tasa de alcohol no sea superior a la permitida, pero no es un cálculo fiable ya que depende de la cantidad y de las características físicas.
  • Soplar lento. Se piensa que si sopla despacio y suave en el alcoholímetro, éste no percibe la cantidad de alcohol. Lo que pasará es que el agente te obligará a repetir la prueba hasta que la expiración sea lo suficientemente fuerte y veloz para realizar la medición. 
  • Beber mucha agua. Existe la creencia de que si bebemos mucha agua expulsamos antes el alcohol. Pero aquello que desechamos es, en mayor parte agua y la cantidad de alcohol que se desprende es muy pequeña. Apenas modifica el resultado. Hay que ser muy crítico con todos estos tópicos. Debemos valorar el verdadero riesgo de una conducción asociada al alcohol. 

ATAJOS INVEROSÍMILES

Otras soluciones que se han escuchado a lo largo de los años para no dar positivo en el control de alcoholemia rozan la extravagancia: tomar mostaza, beber aceite, chupar una moneda, comer césped... Nada de esto altera nuestro organismo ni lo libera del alcohol.