Sin ser conscientes de ello, posiblemente el primer punto geodésico utilizado por la humanidad fue la Estrella Polar en el hemisferio norte y la Cruz del Sur en el hemisferio sur. Referencias para definir los puntos cardinales y las sendas y caminos que permitían los desplazamientos certeros. La actual red geodésica del Gobierno de Navarra es ahora el punto de referencia en un marco infinitamente más amplio y complejo, en el que no se repara pero que permite orientar a los excursionistas perdidos, la conducción autónoma de tractores, la elaboración de mapas con precisión milimétrica, diseñar obras públicas, trazar las fronteras con las comunidades vecinas y los propios municipios navarros, dirigir el vuelo de los drones u orientar a los servicios de emergencias en situaciones excepcionales.

Puro hormigón

Y todo ello más allá de apagones eléctricos y tecnológicos, porque estos hitos son tangibles, de puro hormigón. El Servicio de Cartografía, Topografía y Geodesia, dependiente de la Dirección General de Obras Públicas e Infraestructuras del Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra, es el encargado de mantener en óptimas condiciones los vértices geodésicos diseminados por toda la geografía de la Comunidad Foral. Esos hitos de hormigón situados, la mayor parte de las veces, en puntos inaccesibles de los montes navarros conforman una tupida malla que permite, en todo momento, saber en qué punto del mapa se está. Además de la conservación rutinaria y habitual, la Dirección General de Obras Públicas e Infraestructuras está actualmente renovando las placas que informan en los más de 200 vértices geodésicos de Navarra de la localización y la altura.

Además, siguiendo la normativa en materia lingüística del Gobierno de Navarra se están reponiendo las placas en castellano y en euskera según se trate de zona vascófona, mixta o no vascófona. Para llegar a este punto, hay que remontarse a mediados de la década de los sesenta. En ese momento surge la Red Geodésica en Navarra como apoyo para la elaboración del Mapa Topográfico de Navarra a escala 1/5.000. Para ello fue preciso reconstruir las redes geodésicas del territorio foral, muy deterioradas o desaparecidas. Se firmó, entonces, un convenio con el Instituto Geográfico y Catastral, actual Instituto Geográfico Nacional, para adaptar la red navarra a los acuerdos de la Asamblea General de la Asociación Geodésica Internacional de 1942.

Mapa de la Red Geodésica en Navarra

A la cabeza del Estado

Así, la construcción, observación y cálculo de las nuevas redes geodésicas se finalizó en 1969 y sitúo a Navarra a la cabeza de las comunidades españolas en infraestructuras geodésicas. La conocida como red de primer orden quedó constituida en Navarra por 14 vértices. La red de segundo orden, apoyada en la de primer orden, se conformó con 56 vértices. La de tercer orden incluyó 230 vértices.

Además, para la elaboración del más precisa del primer mapa topográfico de Navarra a escala 1:5.000 también se elaboró la primera red de cuarto orden del país, compuesta por 1.013 vértices. Esta red de cuarto orden no se conserva y han desaparecido la mitad de los vértices. Para dar respuesta a las nuevas demandas, a comienzos de 1983, el Instituto Geográfico Nacional estableció nuevas instrucciones para la Red Geodésica Nacional. Se simplifican las categorías y la red queda constituida por: la Red Geodésica de Primer Orden y la Red Geodésica de Orden Inferior.

Nuevas señales

De este modo, durante los años 1985 y 1986 se construyeron en Navarra 140 nuevas señales que pasaron a formar parte de la Red de Orden Inferior. Así, la red geodésica de Navarra ha quedado conformada por 14 vértices de primer orden y 222 de orden inferior. En plena era tecnológica es lógico preguntarse para qué sirve la red geodésica de Navarra si ahora la red por satélite aporta un posicionamiento exacto. La respuesta la da el responsable del Servicio de Cartografía y Geodesia del Gobierno de Navarra, Jorge Iribas. “Hay que tener un plan B”. Las redes por satélite más utilizadas son militares y propiedad de Estados Unidos, Rusia o China, “ellos controlan la tecnología”.

La más fiable es la Red Galileo, civil y al amparo de la UE. Lo cierto, según manifiesta Jorge Iribas, es que la red geodésica Regente y ROI “está anclada en la tierra y quien la necesite puede disponer de ellas”. Por una mera cuestión estratégica los países y las regiones han de ser autónomos en una materia tan sensible como el posicionamiento geográfico. En el año 2000, el entonces Departamento de Fomento del Gobierno de Navarra, instaló una estación GPS en el tejado de los edificios inteligentes de Pamplona, que proporcionaban por radio correcciones de las coordenadas, de manera que cualquiera con un receptor profesional podía obtener su posición con un margen de error de un metro. A partir de 2007 se creó una red de ocho estaciones que se amplío a 13 en 2009 y son capaces de cubrir toda la Comunidad Foral con un margen de precisión de centímetros.