El Partido Popular lleva cuatro años incumpliendo el mandato constitucional de renovar el CGPJ. El bloqueo no es nada nuevo, aunque sí en su extensión. Durante casi siete años, en tres bloqueos realizados cuando es oposición, usurpa las instituciones para gozar de una mayoría ilegítima que no le corresponde. Cualquier retorcido subterfugio es bueno para mangonear sus casos de corrupción y derribar leyes progresistas, menos cumplir la legislación.

No sirven las excusas. Bildu, ERC, Podemos y cuantos pretextos quiera usar son constitucionales, porque, mal que le pese, la Constitución y Europa los amparan.

Y reformar una ley en el Parlamento, que respete los derechos humanos y cumpla los reglamentos que nos hemos dado, es, además de democrático, constitucional, sea la que sea.

A eso se le llama democracia y no pueden interferir con líneas rojas antidemocráticas. Primero se cumple la ley, y luego se reforma si se cuenta con la mayoría suficiente.

¡Usurpadores, entérense!