Volkswagen, como todos los fabricantes de automóviles, se ve obligada a realizar inversiones periódicamente para poder seguir siendo competitiva y mantenerse en el mercado. En este caso para adaptarse a las normativas europeas, las cuales a partir de 2035 van a prohibir fabricar modelos de combustión en favor de los eléctricos. El motivo, reducir al máximo e intentar eliminar las emisiones contaminantes de efecto invernadero preservando así el Medio Ambiente y la salud de la población mundial.

No es que Volkswagen tenga una conciencia “especial” ni un compromiso ético con el cuidado del Medio Ambiente, así lo ha demostrado con el caso del Dieselgate y el trucaje de sus motores para engañar a las autoridades “camuflando” los niveles de contaminación que estos emitían, y que tanto daño han hecho, no solo al Medio Ambiente sino también en la salud de la población mundial, sino que es una necesidad impuesta, está obligada a adaptarse si quiere seguir en el mercado y mantener su hegemonía como número dos a nivel mundial en ventas de vehículos.

"No es que VW tenga una conciencia “especial” ni un compromiso ético con el cuidado del Medio Ambiente sino que es una necesidad impuesta"

Pero las inversiones que se ve obligada a llevar a cabo, pese a los 15.800 millones de beneficio que amasó el año pasado, por lo visto, le parecen excesivas y, bajo el chantaje a los distintos gobiernos centrales y autonómicos, del mantenimiento del empleo en aquellas regiones donde tiene colonias de explotación, pretende que estos le subvencionen (si es a fondo perdido mejor) las inversiones necesarias, tanto para la obligada reestructuración y adaptación de las actuales plantas de producción como para la creación de las nuevas infraestructuras que debe crear, sí o sí.

Los gobiernos, con las políticas liberales/capitalistas que les caracterizan de apoyar a los grandes capitales y multinacionales en detrimento de los servicios necesarios para la población a quienes representan, “en aras del mal menor”, no tienen problemas en darles todo aquello que dicen necesitar, sin cuestionarlo.

"Bajo el chantaje a los distintos gobiernos del mantenimiento del empleo en aquellas regiones donde tiene colonias de explotación, pretende que estos le subvencionen"

Así, en el caso de Volkswagen, tanto el gobierno europeo, con los PERTE, como el español, el valenciano, el catalán y el navarro, se han volcado en agradar y agasajar a la multinacional ofreciéndole todo tipo de ventajas, terrenos, subvenciones y aportaciones millonarias por la inversión, ventajas fiscales en impuestos y a la contratación, etc, para que no cumpla con sus amenazas de abandonar la Península Ibérica en favor de otros países, según dicen, más ventajosos a la hora de invertir.

En el caso de Navarra, el Gobierno le ha ofrecido, según cuentan, porque, aunque es un secreto a voces desde el Gobierno no lo han publicitado, 100 de los 200 millones que dijeron que costaba la fábrica de ensamblaje de baterías, que sumados a los 40 millones que recibiría del PERTE II, suponen el 70% de la inversión. Pero para la voracidad desmedida de la multinacional Volkswagen no es suficiente, quieren los 200 millones íntegros.

Por ello, para saquear aún más al erario público, ahora dice que la inversión “se ha disparado” hasta los 250 millones, una cifra inasumible y motivo por el que se plantean externalizar la fabricación del ensamblaje de las baterías, cediéndolo a la competencia, Hyundai Mobis, encareciendo el producto y restando competitividad a Landaben incluso dentro del propio Grupo, lo que tendrá consecuencias en la adjudicación de productos y producciones y, por ende, en el empleo.

Por no hablar de que mientras se fabrican coches eléctricos, “libres de emisiones contaminantes” para cumplir con las nuevas normativas, tendremos cientos de camiones de combustión congestionando el tráfico y contaminando lo que no está escrito para traer las baterías los últimos diez kilómetros, cuando podían entrar hasta la fábrica en tren, ya que, cediendo a las exigencias de la multinacional, para liberar el espacio necesario donde ubicar la fábrica de ensamblaje de baterías, el Gobierno de Navarra va a gastarse otros 40 millones en sacar el bucle ferroviario fuera de las instalaciones.

"Mientras se fabrican coches eléctricos, libres de emisiones contaminantes para cumplir con las nuevas normativas, tendremos cientos de camiones de combustión congestionando el tráfico"

Un despropósito mayúsculo que el Gobierno no debería permitirle, solo por el hecho de no querer poner los 30 míseros millones que le cuesta la fábrica después de las millonarias ayudas y subvenciones que va a recibir.

El autor es secretario general de CGT en Volkswagen Navarra