Menos mal que fuimos los últimos en llegar, pues de todos los seres vivos, somos sin duda el más animal. Si partimos del homo sapiens, hace sesenta mil años, no hemos cesado en matarnos los unos contra los otros en guerras sin tregua, siendo espantoso lo que está ocurriendo ahora entre Palestina e Israel, y entre Rusia y Ucrania, por citar las más actuales.

No se sabe de dónde nos viene lo de seres humanos, debió ser que el hombre, desde que descubrió el fuego, debió molestarle el humo y decía humo no, y así degeneró en lo de humano. En una de las geniales películas de Cantinflas, éste en su calidad de ministro, en uno de sus discursos decía que Jesucristo le dijo a su pueblo ¡amaos los unos a los otros!

Y que ha sido lo que hemos hecho, armarnos los unos contra los otros. De nada nos sirve, como para escarmentar, las enormes tragedias que nos deparan los elementos de la naturaleza, terremotos, tifones, inundaciones. Se ve que no tenemos solución, ya que algunos necesitan vender armas ¡un horror!