Sergio Herrera mantuvo el pulso de Osasuna en Mendizorroza. El portero mirandés se erigió en figura clave de la victoria fuera de casa y, si bien varias de sus intervenciones fueron destacadas, ninguna resultó tan crucial como la que realizó a bocajarro al comienzo de la segunda mitad.

Balón largo a la carrera de Kike García, que genera la gran ocasión del Alavés.

Precisamente, ese despeje de Herrera a disparo de Hagi, que le remató a apenas dos zancadas, obró la jugada decisiva del encuentro. Era el minuto 48. Kike García cogió la espalda de Catena y recibió un balón largo en profundidad. El ariete babazorro sirvió en bandeja el gol a su compañero rumano, que llegaba desbocado y acabó el contragolpe al primer toque y con su pierna menos fiable.

Herrera se hace gigante ante Hagi y le saca el remate a bocajarro.

El guardameta rojillo abrió los brazos y sacó un paradón antológico con la manopla izquierda. La pelota continuó rondando la zona de peligro rojillo, pero la amenaza se disipó con una pérdida de pelota de Antonio Blanco. El mediocentro alavesista retrasó el esférico para Guevara pero el pase tibio salió a medio camino. Dicho balón lo aprovechó Raúl García de Haro para armar un buen contraataque. A partir de un autopase a Sedlar se generó el espacio suficiente para correr de lo lindo por la diestra, atraer la atención de hasta tres defensas del Alavés y meter una asistencia bien tensionada para la llegada de Arnaiz. Ahí acabó el encuentro. Los dos fichajes rojillos hilaron al menos una jugada óptima de las que se presupone para dos muchachos con clase y con gol, y que están teniendo un comienzo desilusionante.

Raúl García de Haro recupera la pelota entre Blanco y Guevera y arma el contragolpe decisivo para la jugada de la expulsión.

Te puede interesar:

La carrera del extremo, al que el cuero le salió desmadrado en el control, se topó con la acometida de Blanco que llegaba al cierre. El árbitro le mostró la cartulina roja y, a partir de esa inferioridad, Osasuna tenía que rematar el partido como fuera. En 23 segundos le había cambiado la cara del revés.

Raúl cede la pelota a Arnaiz, que se topa con Blanco en carrera y la jugada acaba en roja para el babazorro.