A la pregunta, la última de la charla de Sergio Herrera Pirón (Miranda de Ebro, Burgos, 5/6/1993) con este periódico, de si prefiere un 0-0 sin intervenir o un 1-1 con paradas como las dos que realizó el pasado sábado contra la Real Sociedad (a remates consecutivos de Kubo y Merino), el portero de Osasuna lo tiene claro: “Un 1-1, porque encima lo necesitaba”. Sin embargo, en su primera respuesta demuestra que pone al colectivo por encima de lo individual: “Prefiero no tener que hacer nada, ganar 0-1 y para casa”. Es la única vez que se salta el guion de una entrevista en la que dice que es feliz en Pamplona y que el equipo no está tan mal como algunos piensan, aunque sí admite que tiene margen y capacidad de mejora.

Pregunta: ¡Vaya par de paradas contra la Real!

Respuesta: La verdad es que estoy contento de haber ayudado al equipo con esas dos intervenciones. Sí que es verdad que la primera se puede mejorar, porque es un rechace con el que doy opción a otro remate, pero luego estoy rápido y tengo la fortuna de que, con apenas tocar el balón, salga fuera. Sin embargo, lo más importante es que la parada sirvió para seguir vivos con el 1-1 después del gran partido que estábamos haciendo y sumar un punto que era muy necesario.

P: Nada más acabar el partido, en una entrevista a pie de campo, sacó a colación, sin que nadie se lo preguntara, que en los cuatro partidos anteriores le habían metido los últimos 10 disparos entre los tres palos. ¿Lo tenía tan metido en la cabeza?

R: Sí, porque son datos nuevos para mí. Siempre me he caracterizado por ser un portero que para y, estando en esa situación, piensas en que no sean 11 de 11, en intentar participar y en ayudar dentro de lo que está en mi mano, porque en alguno de los últimos 10 goles que había encajado poco o nada había podido hacer. Siempre se analizan los goles, tanto con Aitor (Fernández) como con Richard (Sanzol), porque nos gusta hablar de todo, incluso de otros porteros, y aprender de todo lo que pasa para sacar algo positivo.

P: ¿Tanto pesa la estadística?

R: Al final, cuando tienes un compañero como Aitor detrás, que es un gran portero y que está entrenando a un gran nivel, pesa más el tema de que te hayan metido 10 goles de los últimos 10 tiros. Es algo que duele porque tienes que dar resultados para seguir de titular y ese tipo de datos siempre se saben y pueden provocar que el entrenador tenga la mosca detrás de la oreja. Acabar con esa mala racha, hacer un buen partido y ayudar al equipo contra la Real me ha dado confianza.

P: O sea, que no es una cuestión de la prensa, sino que en el vestuario también se habla de estos asuntos, ¿no?

R: Sí, pero más que de forma crítica o constructiva, de manera graciosa. “No paras ni un taxi”, me decían, o: “Vaya tela, tenemos un portero sin manos”. Sobre todo cosas así, en plan gracioso, y eso también ayuda a quitarle hierro al asunto. Eso sí, una de las suertes que tengo es que, cuando entro al campo, me olvido de todo.

P: Como se le olvidan los datos, le recuerdo uno: Osasuna juega este domingo a las 18.30 horas en Cádiz, donde hace siete años detuvo tres penaltis, aunque uno de ellos se tuvo que repetir.

R: Fue una situación bonita que queda en el pasado. Eso ya no tiene valor en el fútbol. El pasado no vale para nada. Lo que importa es el presente y este partido, el poder ayudar al equipo, el poder hacer un buen partido para conseguir la victoria que todos queremos y salir de esta mala dinámica. Eso sí, cuando me retire, quedará esa noche, una noche bonita, que siempre es gratificante.

P: Se trata de un compromiso importante contra un rival directo en la lucha por la permanencia.

R: Sabemos que tenemos que empezar a sumar de tres en tres, pero sin ese exceso de presión. Vamos a Cádiz, vamos a intentar ganar, pero lo más importante fuera de casa es ir con las ideas claras y con la idea de no perder. Así fuimos con anterioridad a Vigo, Vitoria y Valencia y nos fue bien. Los dos últimos partidos fuera de casa, contra Betis y Villarreal, han sido muy buenos, pero fue una pena no puntuar pese a que merecimos más en ambos casos.

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P: ¿Es una final?

R: Para nada. Es un partido importante porque es contra un rival directo de nuestra Liga y tenemos que ir a jugar con confianza, pero no es un partido a vida o muerte.

P: El Cádiz tiene 12 puntos, tres menos que Osasuna, y el jueves cayó en Copa contra un rival de Segunda RFEF. ¿Cómo puede influir esto?

R: Seguramente que al Cádiz le hubiera gustado seguir avanzando en la Copa, una competición muy bonita que nosotros tuvimos la suerte de disfrutar el año pasado, pero salieron derrotados y partimos con esa ventaja de que igual tienen la moral un poco más baja y vienen de un viaje, por lo que tenemos que intentar que todo eso se decante de nuestro lado.

P: Después del partido contra la Real Sociedad también pidió el cariño de la afición. ¿Qué le está pasando a Osasuna?

R: Que venimos de unas expectativas muy altas y al final siempre quieres satisfacer a la gente, dar lo mejor de ti mismo y estar peleando por lo más alto, algo que nos ocurrió la temporada pasada, pero no las anteriores. Desde que estoy aquí, Osasuna ha pasado por malas rachas, siempre nos hemos salvado sin sufrir, quedándonos en tierra de nadie, y la gente no se tiene que olvidar de eso, que es lo que nos ha hecho llegar hasta aquí. Pedí cariño porque esa presión que nosotros mismos nos ponemos para hacerlo todo bien y sacar victorias, cuando vemos que no se dan, se nota que la gente se pone nerviosa y que a veces hay un poco de murmullo en el campo. Entiendo que gran parte de la afición nos da ese cariño que pedí y lo percibo, pero igual hay otra parte que no y creo que tenemos que estar todos en el mismo barco. Al final no estamos en una situación mala, pero creo que podemos y debemos mejorar y para eso necesitamos de todos.

“No estamos en una situación mala, pero podemos y debemos mejorar; por eso pedí cariño a la afición”

P: Pero acumulan cinco jornadas consecutivas sin conocer la victoria...

R: Hemos estado en situaciones peores y yo las he vivido. Hemos jugado sin público, me he ido a comer el turrón en Nochevieja como colista de Primera... Hemos estado en situaciones malas y, aunque no quiero compararlas con la actual, a veces este tipo de cosas pasan en el fútbol, pero este equipo tiene experiencia, calidad y tranquilidad para superarlas. En el día a día no se percibe nerviosismo en el vestuario y la victoria va a llegar más temprano que tarde.

P: Está completando su séptima temporada consecutiva en Osasuna. ¿Qué tal se encuentra?

R: Estoy muy a gusto aquí. Llevo siete años y todavía me quedan éste y otros dos más de contrato, y pienso cumplirlos. Estoy muy feliz, tengo la suerte de estar jugando en Primera División, que para mi es un premio increíble, y de disfrutar de esto cerca de mi familia. Además, la afición de Osasuna es espectacular y luego tenemos la gran suerte que salgan años como el pasado, en el que te llevas experiencias espectaculares como la final de Copa, aunque otros no han sido así. El objetivo tiene que ser seguir en Primera División y todo lo que venga de regalo tiene que ser bienvenido, pero sin ser excesivamente avariciosos ni tampoco excesivamente conformistas. Cuanto antes nos salvemos, mejor.

“Llevo siete años aquí y todavía me quedan éste y dos más de contrato, y pienso cumplirlos”

P: ¿Ha tenido oportunidades de salir a otro club?

R: Lo del Atlético. Ya lo dijo Braulio. Era una opción. El futbolista a veces quiere crecer y dar un salto de categoría. En aquel momento estábamos hablando del campeón de Liga y un equipo que juega Champions. Es normal que sea apetecible querer irse. Pero era joven, tenía 28 años y no me veía de suplente. Quería jugar y, si tenía que subir un escalón más e irme de Osasuna, quería hacerlo para jugar, pero no era el caso porque estaba Oblak y hubiera sido un rival duro de batir. Al final me quedé aquí, acabé renovando y estoy muy contento.