Osasuna juega esta tarde en el estadio de la Real con el cuerpo destemplado, las dudas propias tras perder con contundencia en casa (0-3) y por todo ello persiguiendo una reacción. Como en todos los encuentros, porque no hay factor más importante en este juego, el acierto resultó determinante, el Celta lo tuvo y Osasuna puso poco para obtenerlo porque buscó la portería con ahínco, pero se empeñó en unos trámites ofensivos en los que resultó previsible. “Atacar mal es tener el balón por tener, mover el balón y no mover al rival y luego desordenarte poco a poco y, cuando tienes una pérdida, acabar con unas distancias que no son acordes o con un desequilibrio que el rival puede aprovechar. Cuando hemos hecho al revés, cuando en vez de mover el balón hemos movido al rival, las distancias han sido correctas o hemos estado equilibrados y no se termina bien, hemos sido capaces de someterle de nuevo al rival y eso es lo que nos gusta a nosotros”, resumió ayer Arrasate los males del último encuentro. Por esto, el equipo rojillo debe sacudirse esas malas prácticas y cambiar, porque en la Liga dos derrotas seguidas se notan en la clasificación y es mejor que no llegue otra, porque se tiene que enderezar el paso en el campeonato.

Para ser el mes de febrero, con la competición muy avanzada, Osasuna sigue buscando el golpe de pedal en su juego que lo haga un equipo más creíble, ortodoxo, seguro en sus posibilidades y menos irregular. Excepciones contadas, el tono general del equipo está siendo gris y el aficionado sigue esperando la eclosión por fin de algunos futbolistas, ocultos bajo el manto de la falta de rendimiento. La temporada se está haciendo pesada porque las altas expectativas luego no cumplidas quizás consumieron parte del ánimo del grupo, siempre muy necesario, y que se debe recuperar.

El equipo de Arrasate tiene que recomponerse para afrontar un encuentro muy difícil fuera de casa ante uno de los rivales menos accesibles de los últimos tiempos. La Real se le atraganta a Osasuna, que tendrá que echar mano de un buen repertorio para lograr un resultado positivo. El técnico suma para este encuentro la baja del lesionado Arnaiz, lo que deja como delanteros a Budimir y Raúl García. El primero será hoy la referencia en el ataque, que tendrá un compañero distinto por la circunstancia en contra en forma de ausencia de efectivos en el ataque y porque el plan de Osasuna va por el lado de aprovechar los huecos con velocidad. Arrasate anunció cambios.

La Real, por su parte, se mide a Osasuna entre dos de los partidos más importantes de su temporada. Encauzó la final de Copa el martes con el empate ante el Mallorca y, tras jugar con los rojillos, se enfrenta al PSG en la Champions en una cita de máximo nivel. Imanol tiene una plantilla joven y con calidad, pero en la que están haciendo mella las lesiones y que no es ajena a la acumulación de partidos en la temporada. Hoy no estará un referente como Oyarzabal, lesionado –también están en la enfermería Aihen Muñoz, Elustondo, Odriozola, Tierney, Carlos Fernández y Becker–, y además probablemente habrá descanso para unos cuantos más como Le Normand, Merino, Barrene incluso Sadiq, que de la nada hace un gol. O falla el más claro.