Navarra y Nueva Aquitania, los socios de la CAV en la Eurorregión, apoyaron este lunes al Gobieno vasco en su demanda de que Francia cumpla los plazos previstos y culmine la conexión del tren de alta velocidad en 2030 y no en 2042, última fecha establecida por el gobierno galo. El lehendakari, Iñigo Urkullu, se reunió con la presidenta de Navarra, María Chivite, y el del Consejo Regional de Nueva Aquitania, Alain Rousset, con motivo de la asamblea general de la Eurorregión celebrada en Donibane Garazi, en la que trataron el anuncio de Francia de retrasar la construcción de la línea de alta velocidad hasta Dax al año 2042.

Este anuncio motivó que Urkullu convocase la semana pasada a los presidentes de las comunidades del arco atlántico para crear un lobby que defienda ante la Unión Europea sus intereses respecto a las conexiones ferroviarias, eléctricas, gasísticas y de hidrógeno con Europa. El retraso de la construcción de la alta velocidad en este tramo ha causado una “gran preocupación” en Nueva Aquitania y Navarra, ya que entienden que la fachada atlántica quedaría “descolgada de la trama de corredores que recorren la geografía de la UE”, lo que afectaría al desarrollo económico y social de estas regiones, según expresó Urkullu. “Hemos coincidido en la demanda a las instituciones competentes del puntual cumplimiento de los compromisos adquiridos en relación con las interconexiones atlánticas y la toma en consideración de nuestros intereses”, afirmó el lehendakari.

Fondos europeos

Por su parte, Chivite consideró que las instituciones implicadas en el impulso del TAV tienen que “hacer fuerza” para que Francia cumpla con los plazos con los que se comprometió con la Comisión Europea”. “Estaremos en todas aquellas instituciones formalmente constituidas para impulsar el tren de altas prestaciones”, afirmó Chivite, que abogó por “hacer presión” a las instituciones europeas.