Idoia Villanueva (Pamplona, 1980) lleva cuatro años como eurodiputada en el grupo de la Izquierda Parlamento Europeo. En las Generales del 23-J fracasó en su intento de obtener acta para el Congreso como cabeza de lista de Sumar en Navarra. Pasada esa pantalla, desde Estrasburgo denuncia “un genocidio en directo” de Israel en Gaza, una “barbarie” impune vulneradora de derechos, y un enorme y peligroso “caldo de cultivo de odio”. Podemos ha solicitado al Gobierno español abrir un proceso a este país en la Corte Penal Internacional. Villanueva considera que España, teniendo la presidencia europea hasta diciembre, “tiene que liderar mucho más una posición que defienda el derecho internacional y señale el genocidio que estamos viviendo en directo, y pida un alto el fuego y el fin de la ocupación”.

¿Dónde empieza y dónde acaba el derecho a la defensa de Israel tras recibir un ataque que cifró en más de 1.300 muertos? El Gobierno español lo esgrime.

–El derecho a la defensa es un principio recogido en el derecho internacional, y empieza y acaba donde el resto de las obligaciones internacionales. No estamos asistiendo a un conflicto entre diferentes Estados. Es una situación alargada en más de 75 años donde hay un país ocupante de un territorio. Un Estado que lleva décadas ignorando las resoluciones de Naciones Unidas, que en los últimos años han señalado que el territorio palestino está viviendo un asedio y apartheid, y un Estado colono que tiene una obligación de protección también sobre los ciudadanos de ese territorio ocupado. Israel está incumpliendo el derecho humanitario internacional, donde en ningún caso se puede aplicar un castigo colectivo a la población.

¿Le sorprendió la visita de von der Leyen a Netanyahu y su posicionamiento inicial, luego matizado?

–Lamentablemente nos estamos acostumbrando a cierta hipocresía y a un alto grado de impunidad ante las acciones de Israel. Ese primer posicionamiento fue un salto enorme ignorando el papel europeo que debería liderar un proceso de paz y la petición de respeto al derecho internacional. La propia Unión Europea tiene resoluciones donde señala que Israel lleva años bombardeando infraestructuras que la UE financia, como escuelas u hospitales. Con tal impunidad esas situaciones no desaparecen, sino que se agravan. Aquí todos y todas deberíamos hacer una reflexión sobre la necesidad de pedir a nuestros dirigentes que afronten con valentía y responsabilidad la ley internacional y todas aquellas vulneraciones sistemáticas de derechos humanos.

“Israel está incumpliendo el derecho internacional con la aplicación de un castigo colectivo. Lamentablemente con una alta impunidad”

Ustedes forman parte del Gobierno español. ¿Cree que hay tibiezas o falta de reflejos ante la matanza que esté perpetrando Israel?

–Creo que esa postura que defiendo está siendo mantenida en el Ejecutivo.

¿Por parte del conjunto del Gobierno o de Sumar?

–Por parte de las ministras de Podemos. La de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra ha señalado que es una obligación democrática denunciar un asedio y un genocidio en Gaza, y que todo demócrata debe hacerlo. Pedro Sánchez se ha comprometido a lo largo de los años a reconocer el Estado de Palestina y no lo ha hecho. Si hubiera habido un reconocimiento de más Estados, probablemente hoy no nos encontraríamos en esta situación, donde para una paz duradera es necesario primero acabar con esa ocupación que hoy se da dentro del territorio palestino. Haber incumplido esas promesas también desde el Gobierno de España nos hace responsables en cierto modo.

Podemos forma parte de Sumar. ¿Sus acusaciones a Israel están siendo defendidas por Diaz? 

–Sumar es hoy una coalición para el Congreso y cada partido tendrá su posición en detalle. Podemos ha tenido una posición clara en la defensa de los derechos humanos del pueblo palestino. Cada uno tendrá que expresar cuál es su opinión.

“Creo que el deber de todo demócrata, en la defensa sin ambages de los derechos humanos, es señalar la impunidad de Israel”

Dada la gravedad de esta cuestión, debe ser muy decepcionante encontrarse en un escenario de bastante soledad.

–Totalmente. La propia ministra ha dicho que el silencio supone hoy ser cómplice con el terror. Creo que el deber de todo demócrata, en la defensa sin ambages de los derechos humanos, es señalar la impunidad con la que Israel está sometiendo a un genocidio a ojos públicos a todo un pueblo, donde llevamos ya cerca de 3.500 muertos, con más de mil niños, y donde el corte de suministros es un castigo colectivo, también a los periodistas para hacer su trabajo. Hemos visto muertos de Naciones Unidas y más de 13 periodistas asesinados.

¿Hay posibilidades diplomáticas de desescalar esto?

–Estamos en un momento muy delicado que puede crear un gran precedente en el futuro. Estamos decidiendo si este orden internacional que se abre en los próximos años va a estar regido por el derecho o por la ley del más fuerte. Me gustaría hacer una llamamiento a la necesidad de que nos involucremos todos y todas en esa defensa del derecho internacional y en la exigencia a nuestros dirigentes de que lo cumplan y lo sigan. El pueblo palestino hoy está en una situación de mayor debilidad y vulnerabilidad para poder tener una solución de dos Estados, como proponía Naciones Unidas ya hace años, porque esa ocupación ha ido en aumento. Hoy lo más importante y urgente es ser capaces de tener corredores humanitarios y pedir el alto el fuego, pero también exigir el fin de la ocupación y del apartheid, para poder construir una solución de paz duradera. Reconocer el Estado de Palestina, con un pueblo asediado, no va a proporcionar una solución duradera. 

“Estamos en un momento muy delicado que puede crear un gran precedente, sobre si este orden va a estar regido por el derecho”

Los circuitos de poder a veces justifican crímenes que de otra parte se calificarían de abominables. Usted ha conocido la maquinaria europea. ¿Qué ocurre para que se dé esa doble moral?

–El poder siempre juega sus cartas para intentar sostenerse. Es muy doloroso y triste ver cómo nos vamos acostumbrando impasibles a las atrocidades. En los últimos años hemos visto cómo se han ido degradando todas las estructuras multilaterales, como Naciones Unidas, la Organización de la Salud, atacadas de forma no casual, sino para establecer un orden en el que ejerza el más fuerte sin las reglas que nos hemos dado todos y todas. Detrás, obviamente, nunca está la defensa de los derechos humanos, ni de los pueblos o de una vida en paz, sino poder controlar y tener más poder para sostenerse en él. Por eso es muy importante que la las personas estemos informadas, que tengamos una mirada crítica y nos involucremos en la defensa de esas reglas internacionales y de los derechos fundamentales de las personas. Porque cuando se permite asediar y atacar a un pueblo, están asediando a todos los pueblos. Si no se defiende el derecho internacional y las reglas básicas, la impunidad genera más odio y más violencia. Una espiral muy peligrosa en todas partes.