La explosión de casos de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias europeas, ante un problema de salud pública que se ha disparado en los últimos años. Navarra no es excepción y al igual que está ocurriendo en el resto de países europeos y comunidades autónomas del Estado, las ETS van teniendo una mayor incidencia año tras año, entre otras cosas, por un menor uso del preservativo a la hora de tener relaciones sexuales. Los expertos señalan que se trata de un problema que se arrastra desde principios de los 2000 pero ha sido ahora cuando se ha empezado a poner el foco por la explosión de casos. En Navarra, en los últimos siete años se ha triplicado el número de ETS diagnosticadas, pasando de las 339 de 2015, a las 1.140 infecciones detectadas en 2022.

 Los números son preocupantes, pero son solo la punta del iceberg, porque muchos casos cursan de forma asintomática, sobre todo en mujeres, lo que minimiza el diagnóstico. La tendencia en los últimos años es clara –salvo en 2020, año condicionado por la pandemia– y en este pasado 2022 se ha tocado techo con 1.140 ETS. Mientras el VIH desciende –pasa de 45 casos en 2015 a 22 el año pasado (hasta septiembre)–, el resto de infecciones se multiplica.

La chlamidya es la más frecuente, con 734 casos en 2022, y la que más ha crecido: se ha multplicado por cinco desde 2015 (178 diagnósticos). La gonococia (gonorrea) se ha cuadruplicado en este tiempo hasta alcanzar los 277 casos; la sífilis se ha multiplicado por dos: 91 casos; y el linfogranuloma venéreo ha pasado de ser residual con en torno a tres casos a quintuplicarse hasta los 16 diagnósticos de 2022.

Más incidencia en hombres

Se trata de un problema de salud pública global, que afecta a toda la población aunque especialmente a jóvenes y a hombres. Más de la mitad de los diagnósticos de ETS se dan en varones, aunque puede ser una cifra que tiene trampa. Jesús Castilla, epidemiólogo del ISPLN, detalla que alguna de las infecciones de transmisión sexual –como la gonorrea o la sífilis– “son más sintomáticas en varones que en mujeres”, por lo que puede haber muchas mujeres que tengan una ETS y que no lo sepan.

En todas las enfermedades la prevalencia es mayor en hombres –en la sífilis de cada 8 casos, 7 son en varones–, salvo en la chlamidya, con una incidencia mucho más alta en mujeres. Pero de nuevo hay matices: en Navarra hay un potente sistema de cribado de chlamidya para todas las mujeres cuando van por primera vez a hacerse una citología. Si se busca más, se detecta más.

Más relaciones y más tempranas

Pero la mayor detección no explica todo el incremento de casos de los últimos años. Detrás de la explosión de infecciones de transmisión sexual hay un cúmulo de factores, la mayoría relacionados con conductas sociales. Una de ellas, apunta Castilla, es el menor uso del preservativo, sumado al “aumento de relaciones sexuales con mayor número de personas” e “inicios a edades más tempranas. “Ahora se tiene más facilidad para tener relaciones sexuales que antes”, explica el epidemiólogo, que señala que se ha perdido al percepción de riesgo que se tenía antes: “Antes el VIH era muy impactante, ahora se asume como una enfermedad más”.

En cuanto a las posibles soluciones, los expertos tienen claro que todo pasa por una mayor concienciación y una educación sexual buena. Pero también es una parte fundamental el diagnóstico temprano: “Cada vez que se detecta un caso se debería estudiar a todas las personas con las que ha tenido relaciones sexuales para cortar la transmisión. Pero al tratarse de temas íntimos la gente suele tener problemas para colaborar. Creo que si se tiene la confianza para mantener relaciones sexuales sería bueno tener esa misma confianza para advertir a esa persona de que se le ha podido contagiar”, expresa Castilla.

Resistencia a los antibióticos

El epidemiólogo del ISPLN cree que actualmente no se les da a las ETS la importancia que tienen. Explica que la chlamidya –la más frecuente– puede provocar una enfermedad inflamatoria pélvica y puede tener transmisión vertical (de la madre al feto); la gonococia (gonorrea) puede provocar esterilidad; y el sífilis degenerar en una afectación cardíaca y neurológica. “Las ETS tienen cura, pero de lo que no se habla tanto es de las consecuencias graves que pueden acarrear”, señala.

Además, a pesar de que tengan cura, a los expertos les preocupa bastante la resistencia que algunas de estas enfermedades están desarrollando contra los antibióticos. “Hemos visto casos de gonococia que se ha hecho resistente a los antibióticos, por lo que la persona no se cura y tiene que convivir el resto de su vida con una infección”, alerta Castilla.