Desde 2019 los casos se han duplicado, ¿ha influido la pandemia de covid-19? 

–Se ha demostrado, por experiencias previas, que tras grandes crisis que se han vivido luego vienen las consecuencias –el sexo, drogas y rock & roll–. Pasó, por ejemplo, con la caída del muro de Berlín y ahora se puede prever que las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) incluso aumenten más. De todas formas, no hay una única causa-efecto, hay múltiples.

¿Y cuáles son? 

–Muchas. Ha cambiado la forma de construir las relaciones afectivo-sexuales, se tiene un mayor número de parejas sexuales, los inicios son más tempranos... Son un cúmulo de causas. También ahora se diagnostica más y mejor y eso es un factor, aunque el aumento de casos ahí está, 

¿Las ETS se están dando sobre todo en gente joven? 

–Sí que la mayoría de casos se dan entre los jóvenes, pero no es culpa de la juventud, es un problema de salud pública y que no solo afecta a Navarra, está pasando en todo el Estado. Además, hay gente joven que sí usa medidas preventivas en las relaciones sexuales, no hay que cargar el foco en la juventud. También hay casos en grupos de población mayor.

Hay ETS que tienen mayor prevalencia entre hombres que practican sexo con hombres, ¿hay colectivos que tienen que tener especial cuidado? 

–Pero son justo estos colectivos los que más se cuidan, porque lo tienen mucho más integrado. Se ve con el VIH, los diagnósticos tardíos se dan más en mujeres. El colectivo de hombres que tienen sexo con hombres lo tienen muy interiorizado por el estigma que hay y por como se ha difundido la información... Creo que es el colectivo que más se chequea y que más pruebas se hace.

¿Hace falta mayor prevención?

–Sí, hace falta prevención para evitar que la curva de casos aumente de esta manera. Pero también es importante el diagnóstico temprano porque así rompes la cadena y el tratamiento. Y es fundamental informar bien a la población, porque ahora que parece que tenemos más acceso a la información también está la desinformación; hay muchos canales y no todos son correctos. Por ejemplo, un fenómeno creciente y que preocupa, especialmente entre los más jóvenes, es la pornografía, porque fomenta patrones y conductas de riesgo. En este sentido, es fundamental recibir una educación afectivo-sexual buena desde edades tempranas, aquí tenemos el programa Skolae. Todo esto son cosas que tenemos que reforzar.

¿Se ha perdido el miedo que antes se tenía a las ETS? 

–Ahora la percepción del riesgo es bastante más baja. Son cosas que piensas que nunca te va a pasar a ti, que no va contigo. No quiero poner el foco en la juventud, pero es verdad que las nuevas generaciones no vivieron el impacto del VIH en los años 80, porque antes era una sentencia de muerte y ahora es una enfermedad crónica. Sí que hay un poco de eso aunque no creo que haya que fomentar el miedo. Lo importante es conocer las consecuencias de una ETS, porque muchas veces se sabe que tienen cura, pero no se conoce que también pueden tener consecuencias graves para la salud.