En la Comunidad foral, uno de los triunfos de las competiciones de caza más cotizados es el del Campeonato Navarro de Caza Menor con Perro. Desde hace muchos años, hay varios nombres propios que se reparten los puestos del podio de manera casi permanente. Por eso, el año pasado sorprendió que un tirador que estaba empezando en este mundo de las competiciones se hiciera con el triunfo. Sin embargo, el fustiñanero Luis Agramonte, de 26 años, no se encontraba en esta ocasión entre la nómina de 12 participantes, por lo que los cazadores habituales volvieron a copar los primeros puestos.

El que combinó mejor la fortuna y la puntería fue Alfonso Esparza Nuin, nacido en Tajonar, pero vecino de Mutilva Alta, quien se subió a lo más alto del podio por sexta vez en su vida. A ese número de primeros puestos, no obstante, hay que sumarle otros tantos subcampeonatos y otras tantas terceras posiciones. Un amplísimo palmarés el de este navarro de 59 años (cumplirá 60 en diciembre), al que añadirá el próximo 19 de noviembre en la localidad ciudadrealeña de Llanos del Caudillo su undécima semifinal en un campeonato de España. De esas, hasta ahora, diez pruebas nacionales, ha vencido en dos, aunque se ha clasificado para cinco finales estatales, donde a lo máximo que ha podido llegar es a un quinto puesto en una edición disputada en La Rioja.

Para obtener otra oportunidad de demostrar su habilidad en el máximo torneo nacional de esta modalidad, tuvo que emplearse a fondo el pasado 21 de octubre en el coto de Mirandaola, ubicado en el municipio zaragozano de Pina de Ebro, el mismo emplazamiento que acogió la edición de 2022 del campeonato navarro. Allí se pudieron cazar perdices, conejos, liebres, zorros y codornices. Tras una mañana de esfuerzo y pasión por la caza, se abatieron unas 60 perdices, 5 conejos y 2 codornices.

Con ocho perdices en su haber, la victoria se la llevó Esparza, que superó por tiempo a Ángel Pérez, también con ocho perdices, mientras que el tercer cajón del podio fue para José Félix Fernández, con siete perdices y tres conejos. En cuarta posición se quedó Javier Cuartero, con siete perdices, pero cuya actuación en el último tramo de la prueba fue la que decantó la clasificación final.

A poca distancia del control de llegada y con escaso margen de tiempo para que este se abriera, se iban aproximando varios cazadores con siete perdices abatidas. Cuartero trataba entonces de cazar tres perdices que había detectado, pero otro competidor que apareció por la zona las sorprendió. Dos de ellas salieron hacia el lugar donde se encontraba Esparza, que logró acertar su disparo sobre una de ellas, logrando la octava pieza que, a la postre, le daría el campeonato navarro.

La alegría, de todos modos, fue compartida por los tres primeros clasificados, puesto que todos ellos acudirán a la semifinal del LIV Campeonato de España de Caza Menor con Perro: Esparza y Fernández, como representantes autonómicos, y Pérez, por haber finalizado subcampeón en la semifinal nacional del pasado año.

En opinión del delegado de Caza Menor de la Federación Navarra de Caza, Patxi Jiménez, se vio un nivel muy alto. “Aunque muchos de los que participan superan con mucho los 40 años, se nota que se preparan a conciencia, y eso queda patente en el campo”, revela, al tiempo que subraya también el buen ambiente que reina entre los competidores. “Se respetan enormemente y hay mucha cordialidad entre todos. De hecho, tras el torneo, nos juntamos en una comida de hermandad unas 25 personas”, apunta. Entre ellas, además, quiere agradecer la labor que realiza José Antonio Pascual, Chefo, que acude desde hace años como juez de reserva y que es el encargado, junto con el responsable del coto, de sembrar la caza antes del inicio de la prueba.

Jiménez también acierta a definir al campeón de este 2023 como una persona muy competitiva, que siempre sale en los torneos a dar lo máximo posible y a tratar de hacerse con la victoria. Lo confirma el mismo Esparza: “Normalmente, participo pensando en que, si las cosas me salen bien, puedo ganar. Pero, en esta ocasión, iba con algunas dudas, porque competía con un perro con el que solo había salido a cazar una vez”, relata.

Para explicar este hecho, hay que retrotraerse a hace dos años, cuando el perro con el que solía competir murió. Por eso, en el torneo del año pasado, vaciló entre ir con una de las hijas de ese animal, que “presenta maneras, aunque aún está verde”, según precisa, o escoger al perro de su hermano, un spaniel bretón de nombre Ori, hermano de padre de su perra, aunque de diferente camada. Al final, salió a cazar con su perra, y el resultado no fue demasiado bueno, ya que terminó cuarto, con tan solo dos perdices abatidas. Aunque este año iba a darle otra oportunidad, la semana anterior al campeonato, se puso de celo, por lo que la elección estaba clara: Ori lo acompañaría en Pina de Ebro.

A pesar de que ambos solo habían compartido un día de caza y que la especialidad de este perro son las becadas, Esparza y Ori encontraron caza pronto, lo que propició que el tirador de Tajonar, patrocinado por Escopeta JG y Piensos Canun, empezara a acumular piezas y a disipar las dudas con las que había arrancado la mañana. Sobre todo, después de que, al inicio, acertara dos tiros a sendas perdices, pero luego no pudiera encontrar a ninguna, ya que una se metió en una madriguera de conejo y la otra se escapó. “Mantuve la cabeza fría y me centré en seguir cazando. A partir de ahí, el perro mejoró y, así como tuve mala suerte en ese momento, al finalizar la prueba, tuve un golpe de buena fortuna, cuando me topé con una perdiz que había levantado otro competidor muy cerca del control. Esa fue la que me permitió vencer”, explica.

Esparza opina que muchos participantes prefieren la caza con perdices salvajes, como se hacía hace años en los campeonatos navarros, si bien puntualiza que muchas de las de esa zona de Zaragoza exhibían comportamientos similares a los de las salvajes. “Eran perdices bravas, que costaba cazarlas”, añade, antes de concluir que el triunfo le provocó una satisfacción enorme. “Fue reencontrarme de nuevo con las buenas sensaciones, porque yo sigo compitiendo con toda la ilusión del mundo. Mientras el físico aguante, continuaré dando guerra”, proclama jubiloso, además de por la victoria, por haber estado rodeado en el podio de “dos grandes campeones”.

Los tres se verán este mes las caras en Llanos del Caudillo, donde se reunirán los 54 mejores cazadores de España. Se trata de un coto en el que Esparza cazó una vez hace años, aunque la situación ha cambiado. “Me dicen que ha bajado bastante la densidad de perdiz, pero no es mi ideal de terreno, porque es completamente llano, muy limpio, y las perdices te ven desde lejos, por lo que dependes mucho de la habilidad de tu perro”, comenta. Por tanto, espera una prueba dura, lo que no quita para que participe con la máxima ilusión. “Quiero estar en la sexta final y tengo claro que, si no me toca un día malo, en el que se te tuercen las cosas, puedo clasificarme sin problemas”, sentencia.