¿Cuál ha sido la evolución de intentos de suicidios en Navarra en los últimos años? 

–Como sucede en otros hechos delictivos, en los intentos de suicidio o tentativas de suicidio existe lo que se denomina cifra negra, aquella en los que el hecho no ha sido conocido por los cuerpos policiales, por lo que hay muchos intentos de suicidio que son desconocidos para estos. A un suicidio consumado le preceden los intentos previos de suicidio y, por otro lado, hay muchas tentativas que se llevan a cabo y que no acaban, por una razón u otra, en la consumación.

¿En cuántos casos intervino la Policía Foral el año pasado? ¿Y en los años anteriores?

–Las tentativas de suicidio que la Policía Foral ha tenido conocimiento y, por lo tanto, ha intervenido han sido 85 en el año 2020, 91 en el año 2021, 76 en el año 2022 y 25 en los meses de enero, febrero y hasta el día 23 de marzo de 2023. Estoy totalmente seguro que otros cuerpos policiales operantes en nuestra comunidad también han intervenido en este tipo de situaciones. 

¿En qué casos de intentos de suicidios se movilizan a los negociadores de la Policía Foral?

–El Equipo de Negociación de la Policía Foral es movilizado cuando la persona está llevando a cabo la tentativa de suicidio y se dan una serie circunstancias como, por ejemplo, una persona que se encuentra atrincherada en su domicilio o en cualquier otro lugar con la pretensión de quitarse la vida, en una ventana, balcón, puente o cualquier sitio en altura y pretende precipitarse, o en un lugar apartado y pretende quitarse la vida mediante un arma de fuego o un arma blanca, etc. 

¿Cuál es el abordaje?

–Una vez que el Equipo de Negociación es activado por el Centro de Mando y Coordinación de Policía Foral, uno de los negociadores se encarga de obtener información tanto de la situación como de la persona que la está protagonizando. Se trata de información de todo tipo, como antecedentes policiales, psicológicos, aficiones, estado civil, situación sentimental, familiar, laboral, económica, carácter de la persona, episodios anteriores, etc. Esta información es proporcionada por el propio CMC (Centro de Mando y Coordinación) o por familiares y/o amigos. Con toda esta información, los negociadores diseñan la estrategia a llevar a cabo con la persona, la cual se inicia con el establecimiento del primer contacto, que en función del lugar puede ser de forma visual, mediante teléfono, a través de una puerta, etc. Si hay éxito en ese primer contacto, es decir una respuesta verbal por parte de la persona, la negociación policial continúa mediante técnicas de comunicación y va desarrollando las distintas fases al objeto de intentar lograr que la persona cambie de conducta.

¿En qué se diferencia el abordaje de otros casos, como secuestros o personas atrincheradas?

–En línea generales no hay diferencias en el abordaje de la situación de un caso a otro, si bien es cierto que en una situación de crisis como la tentativa de suicidio, el riesgo que corren los negociadores, así como el resto de los policías intervinientes, es menor, ya que en este caso la persona no tiene nada en contra de ellos.

El nivel de éxito es alto. ¿Por qué?

–La negociación policial es una herramienta policial más de los servicios policiales, la cual contribuye a la resolución no violenta de un incidente crítico. Hay situaciones en las que la negociación policial no ofrece indicadores positivos en cuanto al cambio de comportamiento de la persona se refiere, por lo que la estrategia de la negociación puede llegar a cambiar de objetivo y la pretensión sea la compra de tiempo para que los equipos tácticos preparen su intervención. El éxito de la intervención policial es que la persona que está ejecutando, o intentando ejecutar la acción de quitarse la vida, no lo logre en ese momento, ya sea porque el Equipo de Negociación consigue el cambio de conducta o porque logre ganar tiempo para que el equipo táctico intervenga y éste desbarate la acción. Los datos son claros, de todas las intervenciones realizadas por el Equipo de Negociación de Policía Foral en situaciones de tentativas de suicidio, únicamente en una de ellas no ha conseguido el cambio de conducta de la persona de forma voluntaria. En ese caso el equipo táctico, el Grupo de Intervenciones Especiales (GIE) logró con su intervención que la persona no acabase con su vida, ya que cayó en un colchón de los Bomberos.

Las negociaciones se suelen alargar horas... ¿Cuál es el proceso que siguen estas negociaciones?

–La duración de las negociaciones es muy variable, depende de cada situación. Se dan casos en los que 30 o 40 minutos son suficientes para que la persona cambie su conducta y desista, y otras en las que se alarga hasta 4 o 5 horas. En la negociación policial nunca hay prisa, todo lo contrario: el tiempo corre a favor de los negociadores. El paso del tiempo hace que la persona se desahogue, que ventile y airee sus emociones, el nivel de razonamiento llega a subir y quizás la persona comienza a pensar que hay una solución alternativa a la ideación inicial de acabar con su vida. El proceso a seguir en la negociación es ir paso a paso, sin prisas, sin precipitaciones. Si se logra contactar con la persona, se pone en marcha el proceso de conectar con ella y, de manera progresiva, intentar empatizar, que no se sienta sola. Seguidamente hay que intentar persuadirle de una manera trivial, sin dar indicaciones explícitas, que ella misma vaya viendo que efectivamente hay alternativa. 

La presión es alta. ¿Cómo aprenden a manejar sus propias emociones?

–El negociador debe ser socialmente caliente y emocionalmente frío, no debe dejarse llevar por sus propias emociones. La negociación policial es un trabajo en equipo, por lo que los negociadores están pendientes unos de otros por si sus emociones afectan de alguna manera en la estrategia, y se apoyan y animan en todas y cada una de las situaciones que se puedan dar.

¿Es bueno mantener una distancia emocional con la persona o cuanta mayor cercanía la posibilidad de éxito es mayor?

–Hay que mantener distancia ya que de lo contrario pudiera verse afectado el objetivo final. Ahora bien, eso no quiere decir que no se empatice, que el negociador no entienda la situación por la que está pasando la persona. Hay que mantener un equilibrio entre la distancia emocional y la cercanía. 

¿Qué aporta el perfil policial a estas negociaciones que están más cerca del trabajo que podría realizar un psicólogo? 

–En primer lugar debo decir que los negociadores no son psicólogos, son policías. Sí que es cierto que en el curso de negociador policial, el ámbito de la psicología tiene una gran importancia, ahora bien, en una situación crítica donde intervienen distintas unidades policiales especializadas, la coordinación entre ellas debe ser total, por lo que el Equipo de Negociación se incardina entre ellas. Esto no quiere decir que un psicólogo no pueda formar parte en una negociación. De hecho se han dado casos en los que han participado e, incluso, en alguna ocasión ha sido quien ha verbalizado con la persona.