Los cinco acusados de delito de odio, amenazas y lesiones contra los integrantes de la peña Mutilzarra, para los que la Fiscalía pide hasta dos años de prisión, han negado esta mañana en el inicio de la vista oral cualquier motivacion politica que motivara el incidente en el ruedo en la ultima corrida de los Sanfermines de 2022. Han enmarcado lo ocurrido en una "discusión" entre peñas, originada por desconocer la Mutilzarra el orden y protocolo de salida al albero en ese final de los actos taurinos y que por tanto hizo que saltaran a la arena antes que cualquier otra y que las charangas que se colocan en el medio del coso ese día 14 de julio.

Los acusados, que declararán el jueves al finalizar el juicio, han depuesto hoy de manera breve para conocer qué hechos reconocían y por los que ya no sería por tanto necesario preguntar a los testigos. Uno de ellos, encausado por delito de odio y de lesiones, por pegar al que era presidente de la Mutilzarra en aquel entonces, ha reconocido que le propinó un manotazo en la cara cuando ya estaban en la calle. Lo hizo, dijo, después de haber discutido y haberse insultado mutuamente pero sin ningún ánimo político o ideológico. Alegó que estaba influido por sustancias en el momento de la agresión.

El resto de encausados negaron cualquier amenaza ni el sesgo de odio en el que la Fiscalía quiere enmarcar su actuación. Repitieron que a los integrantes de la peña supuestamente humillados y denigrados "no los conocían de nada". Uno de los acusados afirmó que les movió la pancarta a Mutilzarra porque les tiraban objetos desde la grada y para que se apartaran de allí. Los otros tres relataron que sus charlas no fueron amenazantes ni políticas. "Fue una discusión, un rollo entre peñas".

El que era presidente de la Mutilzarra, que no había acudido durante la instrucción al juzgado a ratificar su denuncia ni a ser visto por el medico forense para evaluar sus lesiones, acudió esta mañana al juicio y declaró que no había hecho lo anterior "por no dar más importancia al asunto y no recordar lo ocurrido". Afirma que al saltar a la arena se sintieron acorralados y humillados por gente que les rodeaba, increpaba y les tiraban hielos. "Desconozco sus motivaciones", testificó, y "no se por qué uno de ellos me pegó en la calle si no me conocía de nada". Recordó haber sentido miedo, que les gritaban "machistas, fascistas, asesinos, cuneteros..." y que también les decían "todos fuera de aquí". Admitió el testigo que desconocía que hubiera un orden de salida de las peñas al coso aquel día tras la corrida pero que ellos no provocaron ningún incidente.

Otro de los testigos, simpatizante de la Mutilzarra, aseguró que había visto los toros en sombra y que salió al ruedo porque observó algún problema con sus amigos cuando estos llegaban a la arena. Se unió a ellos y relató que recibió el impacto de una lata de cerveza en la nuca. Manifestó que "no hicieron nada para que se generara esa tensión y agresividad" y que por tanto podía haber una razón ideológica. "Defendemos valores y formas de pensar políticas o religiosas distintas a la mayoría de peñas" dijo. " Solo por pensar distinto es denigrante que ocurra esto" finalizó.

El instructor del atestado policial vino a agrupar a los cinco acusados como miembros de las Peñas y próximos a la izquierda radical abertzale, según él porque llevaban camisetas como Gora Herria y habían participado en actividades legales vinculadas con dichos grupos, y porque su actividad en redes sociales así lo ratificaba. El presidente del tribunal le pidió que no crimininalizara lemas, ni actos que no tenían nada de ilegal, y el policía expuso que a su juicio había varios indicadores de polarización que indicaban que aquello fue un delito de odio. "Se dirigió a la Mutilzarra una turba por ideología".